Pbro. Héctor Pernía, mfc
La ideología de género no resiste; es sumamente débil.
(590) Un estudio norteamericano realizado por un profesor llamado Lippa con más de 200.000 hombres y mujeres de 53 países de Europa, América, África y Asia preguntándoles en qué les apetecía más trabajar, reveló que hay grandes diferencias. Los hombres se interesan más por ocupaciones relativas a cosas físicas y las mujeres están relativamente más interesadas en trabajar con la gente. Tomando en cuenta las diferencias tan reales que existen entre culturas tan diversas como la de Pakistán, Singapur, Arabia, India o Malasia, las respuestas eran sorprendentemente idénticas. La diferencia de cultura entre ellos debería haber arrojado variables o diferencias en las preferencias; cosa que no sucedió.
He aquí otro argumento más, por el cual queda destruida la ideología de género, ya que ellos señalan que las diferencias entre hombre o mujer son ocasionadas por presiones culturales. Cuando las diferencias de género en todos esos países, señala el profesor Lippa, permanecen casi planas sin cambiar en dos líneas de medición de encuesta, es probable que la causa de esas diferencias sea biológica, innata en las personas, y no cultural como lo argumenta la ideología de género. El profesor Lippa señala que para corroborar a nivel científico este estudio, debe darse el mismo resultado haciendo la investigación con una edad más temprana del desarrollo de las personas.
Otro profesor, Trond Diseth, director del área de pediatría de un hospital de Estados Unidos, sistematizó el estudio de este fenómeno desarrollando un test-juego, para saber si existen diferencias de género a temprana edad; y trabaja con niños con malformaciones genitales congénitas, para determinar si un bebé es niño o niña. Seleccionó diez juguetes diferentes: cuatro juguetes ‘femeninos’, cuatro definidos como masculinos, y los dos restantes como neutros. Los ubicó separados y combinándolos según su género, para luego observar cómo se relacionaba con ellos un bebé de sólo nueve meses. Siempre sucedió que los niños iban por los juguetes masculinos y las niñas por los femeninos, señalando así la evidencia de que los niños nacen con una clara disposición biológica de género y comportamiento sexual, y de que luego será el entorno, la cultura, los valores y expectativas que nos rodean, lo que se encargan de favorecer o de atenuar esto. La sociedad podrá forzarlos un poco, pero sólo hasta cierto punto, a una dirección específica de género; pero no de una manera definitiva que pueda modificar la identidad inherente y la predisposición de género con la que nacieron.
La ideología de género: una ideología demagógica.
(591) Ofrece y promete un mundo donde mujeres y hombres eligen y ocupan los mismos trabajos, pero en Noruega, país considerado en el 2008 por la ONU como el de mayor igualdad de género, las elecciones universitarias de los jóvenes son más tradicionales que hace quince años. Más mujeres estudian medicina y más hombres estudian ingeniería o ciencias. Las diferencias entre las ocupaciones de hombres y mujeres siguen siendo de igual forma pronunciadas. A eso lo llaman misterio o paradoja, pero la verdad es que eso se llama fracaso. Los hombres siendo ingenieros y las mujeres enfermeras; los hombres siendo hombres y las mujeres siendo mujeres. Un ingeniero dice: “la construcción sigue siendo ‘cosa de hombres’”. Una afirmación de este tipo es inaceptable y anticuada para la ideología de género, pero eso es lo que sucede en el país más igualitario del mundo: Noruega.
Un hombre entró a una sala donde habían nueve enfermeras y preguntó si allí no habían hombres. Ellas le respondieron que no había ningún hombre, a menos que él no se definiera como hombre. Las mujeres distinguieron abiertamente la diferencia entre hombres y mujeres. Repito; esto sucede en el país más igualitario del mundo: Noruega. Ellas mismas afirmaban que los enfermeros duran muy poco.
El informe final «Género y Sueldos» en Noruega, establece que casi el 90% de empleados en enfermería en ese país son aún mujeres, mientras que sólo un 10% de ingenieros lo son. Y esto es así desde los años 80. El gobierno ha concluido que la repartición de géneros en el mercado laboral noruego es pasmosamente estable. Esta paradoja Noruega derrumba las teorías y pronósticos de la igualdad de género. El gobierno noruego ha intentado revertir y corregir este resultado para justificar sus políticas para imponer la ideología de género y sólo ha obtenidos fracasos.
Kristin Mille, mediadora para la defensa de la igualdad de género en ese país, afirma que al aplicar medidas para igualar hombres y mujeres en algunas profesiones, la realidad no ha cambiado en nada. El efecto buscado apenas dura unos dos años y luego vuelve a caer de nuevo. Ella misma afirma que no es por discriminación.
La ex ministra de Infancia e Igualdad, Anniken Huitfeldt, desmiente que las niñas sean peores en ciencias. Ella dice: «Las chicas son mejores en todas las materias, excepto en deportes». Al preguntarle: « ¿Por qué son tan pocas las mujeres que quieren trabajar en ramas técnicas o de ingeniería?» Las mujeres dicen: «parece aburrido». Si se les pregunta: «Trabajar con partes de ordenador y desarrollar sistemas, ¿no es también un desafío interesante?» Ellas contestan: «sí, pero no tanto como encontrar personas todos los días y hablar con ellas».
El único modo de sobrevivir de esta ideología: no escuchar a los demás.
(592) La ciencia ha sostenido y afirmado que el cerebro del hombre es distinto al de la mujer; pero, para los más entendidos en ideología de género, es chocante que la ciencia revele a la luz pública cosas que los contradiga. Es sorprendente que una ideología que dice tener la verdad se incomode tanto ante la investigación de esas diferencias, ya que pretenden que todos acepten sin cuestionamiento o análisis alguno que hombres y mujeres son iguales e idénticos, incluso en su cerebro.
El hecho de que estas diferencias demostradas no les causen interés, no significa que no existan. Peor es para ellos el aislarse a vivir cegados en su equivocación. No investigan por qué en países donde esta ideología lleva años implementada, los hombres se hacen más a menudo ingenieros y las mujeres enfermeras. No les interesa conocer los resultados científicos entre el cerebro del hombre y la mujer porque no les conviene admitir su fracaso y perder el lucro y poder económico alcanzado a través de esa ideología.
En Noruega, un directivo del Centro Interdisciplinario de Investigación de Género de la Universidad de Oslo, sin presentar argumentos científicos, justificó que, en su país, los chicos y chicas siguen optando por trabajos diferenciados porque aún se siguen inculcando diferencias de género entre los niños y jóvenes. Sin embargo, los programas educativos y el mismo gobierno ya tienen años enseñando que no existen tales diferencias y nadie le compra el discurso. La gente actúa espontáneamente en otra dirección.
Las ideologías no sirven y terminan en dictadura.
(593) El Papa Francisco en su encuentro con la sociedad civil paraguaya dijo que las ideologías no sirven y terminan en dictadura, argumentando que estas utilizan a los pobres porque tienen una relación muy completa, enferma o mala con el pueblo, “no asumen al pueblo, sino que lo usan para intereses”[1].
Por eso se debe decir que, de ideología de género a absolutismo, totalitarismo y fundamentalismo, no hay mucha distancia; y cuando esto ocurre es como si un ‘cáncer’ generacional cubriera en colectivo a toda una sociedad, y la muerte avisara su advenimiento a todos en conjunto. Así muere una generación: por su perversión, por adulterar lo más sagrado de sí misma: la persona. Sería catastrófico si un régimen de gobierno se casara con esta ideología y la tomara como bandera o proyecto suyo para toda la población. Los retrocesos, atrasos y los daños que ocasionarían serían cuantiosos.
El lado más débil de la ideología de género es el mismo de todas las ideologías: su sordera.
(594) Sólo oye a quienes aplauden su ceguera irracional. Toda voz que muestre sus lados débiles, o sus olvidos, es siempre tomada como adversario, rival, y como un enemigo a neutralizar o a quitar del camino; y todo error, en toda empresa humana, que no sea reconocido y corregido, se convierte en el comienzo de un tumor que si no se sanan sus causas, irá indefectiblemente creciendo hasta crear metástasis y ruina.
Concreciones ideológicas como el fascismo y el comunismo cayeron derrotados, más desde dentro que desde afuera; dejando atrás penosos estragos de autoritarismo maquiavélico. El desastre dejado por la imposición de las ideologías no hace sino ratificar la estimación por los derechos individuales y el rechazo a sistemas de pensamiento surgidos de hombres, que luego pretenden ser impuestos a todos por intereses de dominio y poder de pocos. La caída del muro de Berlín fue de algún modo un campanazo que nos dejó la lección de que el camino del imperio de las ideologías es inicuo y repugnante.
¿Qué es lo que más irrita e incomoda a la ideología de género?
(595) Que haya gente que piense, que investigue y que les señale y publique que esa ideología es una farsa sin bases científicas y sin provecho alguno para la humanidad. No soportan que les demuestren que todo lo que enseñan como verdad es falso. Impulsar esa ideología es como querer convencer a todos de que superman existió. El mundo entero está lleno de gente libre y que ama la verdad, y no de marionetas.
[1] XULAMY FERNÁNDEZ LOVERA, “Francisco: Las ideologías no sirven, terminan en dictadura”, en «Globovisión», (11-07-2015), <http://globovision.com/papa-francisco-las-ideologias-no-sirven-y-terminan-en-dictadura/>, (Ingreso: 19-08-2015).
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