Pbro. Héctor Pernía, mfc
Los falsos pastores y guías aumentan los heridos en la fe.
(14) Las ovejas del rebaño de Cristo andan desprotegidas; la gran mayoría del pueblo de Dios no posee herramientas para distinguir entre Iglesia y secta, entre pastor e impostor. La desorientación y la confusión crecen por todas partes; ya muchos no saben a dónde mirar para creer.
¡No todo billete es verdadero, y quien negocie con tales billetes está cometiendo un delito! Algo parecido ocurre con los falsos pastores; las personas han de aprender a identificarlos. No todo el que se presente como pastor es pastor; y estos abundan por todos lados.
¿Te gustaría saber cómo identificar los falsos pastores?
(15) Jesucristo a sus propios pastores los envió diciéndoles: “La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha. Vayan, pero sepan que los envío como corderos en medio de lobos” (Lc 10,2-3).
Si la mies es mucha y los trabajadores pocos (cf. Lc 10,2), ¿cómo es que ahora abundan tantas ‘iglesias’ y tantos pastores, que hasta levantan sus lugares de culto apenas a pocos metros uno del otro? No es la Palabra de Dios que anda equivocada. Son muchos los falsos pastores y las falsas iglesias que abundan.
Siga a Cristo; busca la Iglesia donde los pastores son pocos para toda la mies por atender y allí encontrarás la Iglesia de los verdes pastos (cf. Sal 23, 1-2), la de Cristo buen pastor. Lo que ves debe coincidir con lo que lees en la Palabra de Dios. Puedes ampliar más la información consultando entre los numerales 99 al 106 de esta Guía Bíblica.
Quien se burla del Estado se burla del mismo pueblo; y viceversa.
(16) Y quien se burla de ambos se burla también de Dios. Las instancias estatales que rigen en materia de cultos están cayendo en el error de andar legalizando cuanta nueva ‘iglesia’ o nuevo sitio de ‘culto’ se les presenta, sin caer en cuenta que están siendo una y otra vez burlados por muchísimos impostores que llegan a sus despachos con papeles y credenciales de pastores, tan iguales a un manojo de billetes falsos; y les han aprobado, e incluso, financiado, fraudulentos ‘negocios de fe’ encubiertos con el título de ‘iglesias’ o ‘centros de ayuda espiritual’. Tales engañadores no sólo estafan a la gente que los siguen, sino también a la misma nación.
Es necesario que quienes están al frente de estas instituciones sean personas instruidas y asesoradas eclesiásticamente, para impedir que la Ley de Libertad de Cultos se convierta en un escondrijo para que muchos engañadores luego se justifiquen y oculten. Si no admiten que hayan falsos e ilegítimos abogados, ingenieros, arquitectos, médicos (…) que estén engañando a la gente y cobrando dineros indebidos; ¿cómo es que tan rápido le abren de par en par las puertas a cuanto embaucador llega a sus despachos presentándose como el definitivo y verdadero fundador de la Iglesia de Cristo, siendo que su Iglesia ya el mismo Jesucristo la fundó?
Tengan presente que ya Jesucristo dejó sus correspondientes autoridades para formar, nombrar y legitimar los pastores que han de guiar en la fe y en la sana doctrina al pueblo (cf. Mt 16,17-19; Is 22,21-22; Lc 22,31-32; Jn 21,15-17). ¿Cómo puede levantarse el Reino de Dios a punta de pseudo iglesias y pseudo pastores que niegan a como dé lugar su condición de sectas, gracias al respaldo cómplice de muchos gobiernos que las legalizan con sus leyes de hombres?
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