*Lecturas del día:* Rm 4, 13, 16–18; Sal 105, 6–9, 42–43; Lc 12, 8–12.
*Comentario:*
*Decimos sí a Cristo, y luego le andamos negando:*
Él dijo: _“Si uno se pone de mi parte delante de los hombres, también el Hijo del Hombre se pondrá de su parte delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será también negado él delante de los ángeles de Dios.”_ *(Lc 12, 8)*
Ocurre en tantos modos: quienes, habiéndose bautizado, van, se vuelven a bautizar y se cambian a otra religión; quienes siendo los verdaderos evangélicos y cristianos, luego llaman todo el tiempo, de ese modo, a quienes se apartan de la sana doctrina y caen en la apostasía; y, quienes, ante el marginado y necesitado, evaden su mirada y actúan con indiferencia.
*¡Hay Purgatorio! También para quien lo niega:*
No es necesario que la palabra Purgatorio aparezca en la Biblia para que exista. De hecho, la propia palabra Biblia no aparece en ningún libro de la Biblia, y, sin embargo, todos están de acuerdo en que la Biblia existe.
Analicemos detenidamente estas palabras de Cristo y nos daremos cuenta de su existencia: _“Para el que critique al Hijo del Hombre habrá perdón, pero no habrá perdón para el que calumnie al Espíritu Santo.”_ *(Lc 12, 10; Mt 12, 32)* El mismo Jesucristo nos da el anuncio de dos destinos distintos al final de la vida en los pecadores: condenación, para los que insultan al Espíritu Santo, y posibilidades de perdón, para quienes le insulten y le ofendan a él. Se sobreentiende que los primeros van al infierno y, los segundos, a donde pueden encontrar purificación y misericordia, es decir, el Purgatorio. Los que llevan cualquier caso de pecado no pueden ir al Paraíso, porque llevan la culpa de haber pecado contra Cristo, y en la misma Biblia se nos avisa que al cielo no puede entrar nada impuro *(cf. Ap 21, 27)*.
*Todo cristiano debe estar dispuesto y preparado para defender su fe*
Porque así nos dijo el Señor: _”Cuando los lleven ante las sinagogas, los jueces y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir; llegada la hora, el Espíritu Santo les enseñará lo que tengan que decir.”_ *(Lc 12, 11-12)*
No hacerlo, puede ser otro modo de negar a Cristo. Hacerlo, es incluso una promesa y aviso que Cristo nos dejó, de modo que ninguno se vea sorprendido, sino que, más bien, estemos dispuestos a dar la vida por Cristo como él la dio por nosotros. También entonces, debe todo cristiano, estar dispuesto a defender, incluso con su propia vida, la fe que, para siempre, hemos profesado el día del bautismo, y que, con mucha frecuencia, en la Liturgia Sacramental, hemos renovado ante Dios y ante numerosos testigos: _»Ésta es nuestra fe. Ésta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús”_
*Preguntas para compartir:*
1) _¿Cómo resumirías, en pocas palabras, lo aprendido en esta publicación?_
2) _¿Qué otros fundamentos pudieran complementar los temas en la fe aquí abordados?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc