*Lecturas del día:* Jer 38, 4–10; Sal 40, 2–4, 18; Hb 12, 1–4; Lc 12, 49–53.
*Comentario:*
Son muchísimos los que, cuando hablan del bautismo de Cristo, no pasan más allá del río Jordán. Se quedan allí en el bautismo que recibió de Juan, y dejan las cosas como si los cristianos fuésemos discípulos de Juan el bautista. Ese bautismo desapareció. El único que quedó es el de Jesucristo *(cf. Jn 1, 24-31; Mt 3, 11; Mc 1, 8; Lc 3, 16)*, y para recibirlo debemos ir con Él a recibirlo y vivirlo en la cruz. Como dijo el gran San Ambrosio: _”considera dónde eres bautizado, de dónde viene el Bautismo: de la cruz Cristo, de la muerte de Cristo. Ahí está todo el misterio. Él padeció por ti. En Él eres rescatado. En Él eres salvado”_ (1)
El mismo Cristo nos reveló la clave interpretativa del nuevo bautismo. La vemos hoy en *Lc 12, 50*, y la encontramos también en *Mc 10, 35-40.* En Lucas, y refiriéndose a su sacrificio en la cruz, dijo: _“Tengo que recibir un bautismo, y qué angustiado estoy hasta que no se haya cumplido”,_ y en Marcos, le pregunta a Santiago y a Juan, si están dispuestos o no, a recibir el mismo bautismo que Él, a beber del mismo cáliz que él.
*¿Y cuál es el corazón del bautismo? ¿Qué es entonces el bautismo?*
La segunda lectura nos responde y el testimonio de Jeremías lo prefigura. Nos fijamos en Cristo, autor y consumador de nuestra fe y, animados por el testimonio de la multitud de los Santos, nos liberamos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
Éso ocurre en lo cotidiano, y lo tenemos delante, allí en cada ocasión cuando debemos elegir entre hacer la voluntad de Dios y la del mundo, o la nuestra. Se bautiza, por ejemplo, quien rechaza la tentación de consumir droga, o de embriagarse en licor, de robar, de mentir, de adulterar; quien se aparta de las ocasiones que le pueden hacer pecar. Se bautizan, quienes aceptan con alegría y esperanza en el amor de Dios, el nacimiento de un niño especial que no podrá valerse por sí mismo. Se bautiza la joven que decide dar a luz a su bebé, a pesar de que sus padres y su pareja le quieren obligar a que lo aborte.
En síntesis. Bautizarse es abandonarse en la voluntad de Dios, es confiar plenamente en su amor y en su gracia, sabiendo que estamos haciendo una obra que no es nuestra sino de Él, y que, por lo tanto, Él no nos va a desamparar.
*Para aprender qué es el bautismo Cristo nos lleva a la escuela de la Cruz.*
Me pregunto: ¿cómo van a entender el bautismo aquellas organizaciones no católicas que se hacen llamar cristianas, si desconociendo el sentido verdadero de la Cruz, la ven como maldita, como instrumento de muerte? También los católicos actuamos a veces como enemigos de la Cruz, cada vez que prefiriendo el placer, evadimos el sacrificio de un deber *(cf. Flp 3, 18-19)*
*Fuente:*
- _Catecismo de la Iglesia Católica,_ 1225.
*Preguntas para compartir:*
1) _¿Qué relación puede tener con el bautismo de Cristo, estas palabras que él pronunció en la cruz: “¡TODO ESTÁ CUMPLIDO!” *(Jn 19, 30)*?_
2) _¿En qué puede ayudar al cristiano aprender que el bautismo cristiano se encuentra en la cruz?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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