Testimonio n° 3:
Un joven llamado Adonai compartió su testimonio al Padre Héctor Pernía, mfc:
Sac (Sacerdote Héctor):
—¿Cómo fue tu experiencia como fumador de cigarro?
Adonai: — Yo fumé tres años. De sábado para domingo fumaba caja y media. Yo estaba en la escuela militar y, entre semana, más o menos, una y media. La ansiedad me llevaba a fumar, con eso me quitaba el sueño. Luego me acostumbre a tal punto que si iba al baño fumaba uno, si iba a tomar café, si iba a comer.
Sac: — ¿Crees que llegó a darse una adicción?
Adonai: — ¡Sí! Porque con eso me calmaba la ansiedad.
Sac: — Si llegaste a acostumbrarte tanto a calmar la ansiedad o a fumar cigarro para no dormirte cuando te tocaba hacer guardias en la escuela militar, ¿qué razones tuviste para dejar de fumar?
Adonai: — Porque me estaba acostumbrando ya. Me dio una tos muy seguida y una mancha en un pulmón. Me hice unos exámenes por la dificultad para respirar y me salió la mancha. Me dijeron que si no lo dejaba me iba a causar un cáncer de pulmón, a causa de la nicotina acumulada que tenía.
Sac: — ¿Hubo personas que te decían que dejaras de fumar cigarro?
Adonai: — Mi mamá, mi papá. Yo evitaba fumar delante de ellos. Ellos me preguntaban que, por qué lo hacía, que eso no les gustaba a ellos, que si me amaba que dejara el cigarro.
Sac: — Después de renunciar al cigarro, ¿sufriste algún síntoma?
Adonai: — Yo camuflaguié un vicio con otro. Agarré fue el vicio del chimó ¹. Pero, a medida que fui disminuyendo el cigarro, también disminuí el chimó, hasta que llegó el momento que ninguno de los dos. La clave estuvo en sustituir el cigarro por algo diferente que también yo pudiera dejar en corto tiempo.
Sac: — Y, ¿no te quejabas de que el dinero no te rendía, mientras gastaba tanto dinero en cigarro
Adonai: — No, porque en ese momento no tenía responsabilidades. Estaba soltero, y ahorita tengo una familia.
Sac: — ¿Dios tuvo algo que ver en renunciar al cigarro?
Adonai: — No tanto, porque eran tiempos en que yo estaba muy alejado de Dios. Nunca iba a Misa. Un motivo que me ayudó mucho fue porque me había casado, tenía a mi esposa, y lo hice porque debía dedicarme a ella. En ese momento ya teníamos como dos años de noviazgo.
Sac: — Mientras estuviste atado a la adicción al cigarro, ¿tenías algún tipo de alteración en el organismo cuando querías fumar y no tenías cigarrillos.
Adonai: — Sí. Sentía tembladera en las manos; y, por ejemplo, si veía un cigarro tirado en el piso lo recogía y lo prendía otra vez. A veces, cuando veía que se me estaba acabando la caja de cigarros, fumaba la mitad de un cigarro, lo apagaba, y luego cuando quería fumar lo volvía a prender, para que me rindiera más.
En la historia de Adonai se puede notar la importancia de tener responsabilidades; como el formar una familia, valorar la salud y no perjudicarla innecesariamente, sustituyendo el cigarro por otro medio que le ayude a disminuir su consumo hasta desaparecerlo por completo.
Para compartir:
1.- ¿De qué modo un simple vicio se puede convertir en una adicción, y qué pasa si esta no se corrige a tiempo?
2.- ¿Qué importancia tiene valorar las responsabilidades que se tienen para dejar cualquier vicio o adicción?
Elaborada por:
P. Héctor Pernía, mfc
Fuente:
Todo el contenido de la publicación fue tomado de la ‘Guía de Auxilio Espiritual’ (2024) elaborada por el mismo autor de esta publicación.
Nota de pie de página
¹ El chimó o chimú llanero es tabaco curado; proviene de hojas de tabaco sometidas a un procedimiento mediante el cual se crea una jalea de consistencia similar a la pasta dental, pero de color negro o café oscuro. (Wikipedia).