Los judíos no escribían ni pronunciaban el nombre de Dios. En su lugar usaban el tetragrama Y-H-W-H o la palabra Adonai o Elohim. En el Nuevo Testamento tampoco aparece explícitamente ni «Jehová» ni «Yahveh» sino «Kyrios» (Señor) y otras. Ambas formas de escribir el nombre de Dios: Yahveh y Jehová pretenden ser la traducción del tetragrama.
Ninguno de estos dos nombres existen en el idioma hebreo ni aparecen en las Sagradas Escrituras.
La palabra «Jehová», error de masoretas (eruditos judíos) del siglo VI al X d.C.
Entre el siglo VI al X d.C. los maestros rabínicos de la escuela del Tiberíades, llamados «masoretas» (masoreta es derivado de masora: tradición) quisieron ponerle vocales a las palabras de las sagradas escrituras (pues se escribían sin vocales y aumentaba cada vez más la confusión sobre cómo pronunciarlas).
En cuanto al tetragrama YHWH, como nunca se pronunciaba, nadie sabía qué vocales le correspondían. Tomaron entonces las vocales correspondientes a la palabra ADONAI (a-o- i), que era la palabra que leían en sustitución del Tetragrama. La letra «i» al final de ADONAI no la contaron porque para los hebreos es consonante y no vocal. Además, cambiaron la primera “a” por la letra “e”. Por razones de fonética semítica (según el sistema inventado por los masoretas, la consonante (Y) y primera letra del Tetragrama, por ser consonante fuerte no puede llevar la vocal «a» que es débil, sino que debe cambiarla por la vocal «e», que es una vocal fuerte). No obstante estos trabajos de los masoretas, el nombre YHVH (YodHayVahHay) seguía remplazándose en las lecturas por «Adonai».[1]
A partir del siglo XIV de nuestra era, se comenzó por primera vez a leer el nombre sagrado del Tetragrama con las vocales que los masoretas le habían colocado según su invento, es decir, con las vocales «e-o-a», lo cual dio como resultado YeHoVaH. Esta versión errada se extendió a la cristiandad.
Algunos Protestantes y sectas insisten en la importancia de llamar a Dios «Jehová» como si esta fuese la forma divinamente revelada del nombre divino.
La religión no cambia por la forma que pronunciemos el nombre de Dios sino por lo que conocemos de Él y Su voluntad para nosotros por Su revelación.
La palabra «YaHVéH».
En el siglo XX los exegetas bíblicos descubrieron el error. Pruebas:
1- Muchos de los nombres bíblicos llevan la partícula corta de YaHVéH: Ex 15,6; 17,16;Is 12,2; Ct 8,6. Por ejemplo- ABDÍAS: Abd Yah que quiere decir, siervo de YaHVéH. ELÍAS: El Yah que quiere decir, mi Dios es YaHVéH. JEREMÍAS: Jerem Yah que significa, sostiene YaHVéH. ISAÍAS: Isa Yah… salva YaHVéH. La exclamación litúrgica: «HALLEL-U-YAH» significa: «Alabad a YaHVéH». Por lo tanto, la primera vocal no es la letra «e» como pensaban los masoretas sino la letra «a».
2- Clemente de Alejandría (siglo IV) y otros escritores muy anteriores a los inventos hechos por los masoretas, transcribieron en griego este nombre como «Yavé».
3- Teodoreto de Ciro, autor del siglo V, al comentar el libro del Éxodo observa que aunque los judíos nunca pronunciaban el Tetragrama, los samaritanos lo pronunciaban «IABE». Los samaritanos, desde su cisma con los judíos, rechazaron toda la evolución religiosa de éstos. Hay que reconocer que en la pronunciación de los samaritanos tenemos la pronunciación de los judíos del siglo V d.C.
CONCLUSIÓN: Los exegetas católicos consideran más adecuado el nombre YaHVéH para vocalizar el tetragrama y las Biblias católicas reflejan esto. Sin embargo, los católicos no nos aferramos a una u otra forma de escribir el nombre de Dios. Jesucristo nos enseña más bien que a Dios le debemos llamar «PADRE» y Él mismo nos da ejemplo.
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