Liturgia<📖>Apologética
De la Liturgia de la Palabra
1ra. Semana de Adviento
Comentario: “Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo extendido sobre a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre.” (Is 26,5)
La liturgia de hoy nos enseña el sentido verdadero de la muerte
Vivimos en una cotidianidad asfixiante, donde reinan las divisiones, desavenencias, individualismo y un apego al materialismo; así mismo, estamos atemorizados, llenos de incertidumbres y desprovistos de toda solidaridad y caridad; es decir, vivimos la “cultura de la muerte”. Así lo decía el Papa Juan Pablo II, en su encíclica ‘Evangelium Vitae’. Es una cultura donde se fomenta la destrucción de la vida humana: el aborto, la eutanasia, la ideología de género, entre otros.
¡Qué paradoja: tememos a la muerte y sin embargo vivimos muriendo!
Es lamentable que tanto los católicos y no católicos vivamos sumergidos también en esta sintonía de cultura. Preocupándonos por nuestros propios intereses y, algunos, lucrándose y aprovechándose de la buena fe de los demás; subyugados a los poderes del maligno tal y cual como lo dice San Pablo, por miedo a la muerte vivimos esclavos en todos los aspectos de nuestra vida, al pecado (cf. Heb 2,15). Pero, hay esperanza, nos señala que, al morir Cristo en la cruz, nos liberó de este velo de oscuridad. Entonces ¿Por qué, aún hoy, seguimos empecinados en este modus vivendis? ¿Cuándo entenderemos el verdadero mensaje de Jesús?, ¿Cuándo dejaremos actuar al Espíritu Santo?
Vayamos a morir con Cristo y resucitemos con Él.
Construyamos un mundo donde haya justicia, paz; vivamos como verdaderos hijos de Dios, en verdadera fraternidad y comulgando con Cristo. Así podremos aniquilar al maligno y sus acechanzas: tentaciones, pecado, dolor, sufrimiento, entre otros. Entonces como lo dice Isaías en la primera lectura: “preparará el Señor del universo para todos los pueblos, un festín de manjares suculentos…” (Is 25,6). ”Y comeremos todos hasta saciarnos y sobrará.” (Mt 15,37)
No nos dejemos arrebatar la esperanza.
El demonio, en boca de los protestantes, hace creer que la virgen y los santos están muertos, y que, por lo tanto, en el cielo Jesucristo está solo. A la mentira se le vence con la verdad: Cristo venció la muerte para siempre y ellos son beneficiarios de esta promesa: «El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre.» (Jn 11, 26) También niega la divinidad de Cristo, y por lo tanto, su poder de dar la vida eterna. A esto, respondemos: «Entonces dirán: “Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; éste es el Señor, en quien confiábamos.» (Is 25, 9)
¿Quieres vivir?
San Juan Pablo II te anima: “No tengáis miedo, abrid las puertas de vuestro corazón a Cristo”. Vence a la muerte y resucita con Él a la Vida Eterna.
Preguntas para compartir:
1.- ¿Qué comprensión y disposición ante la muerte de ha dejado esta publicación?
2-. ¿Qué debemos responder ante grupos protestantes que nieguen la divinidad de Cristo o que digan que la virgen María y los Santos están muertos?
Elaborado por:
Adelina Ruiz, Mfc