Pbro. Héctor Pernía, mfc
Las muestras de veneración y de honor a los santos y siervos de Dios no son idolatría.
(240) Venerar es, según el diccionario de la Real Academia Española: “Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda. También significa: Dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas. Mientras que adorar es: “Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como Dios.”
Dios glorifica a quienes él mismo predestinó y justificó (cf. Rm 8,29-30). Quitar y desconocer en los siervos de Dios lo que Dios les ha dado, ¿no es acaso pretender estar por encima de Dios anulando lo que Él hace?
Está anunciado que Cristo sería glorificado en sus santos (cf. 2Tes 1,10-12).
“El humilde en espíritu obtendrá honores” (Prov 29,23).
“Sólo la mujer que respeta al Señor es digna de alabanza. Agradecedle el fruto de su trabajo y que sus obras la alaben en la plaza”.
“Honra a los que temen al Señor” (Sal 15,4).
“Dad a cada cual lo que se debe: (…) a quien tributo, tributo; a quien honor, honor” (Rm 13,7).
“Que Dios te conceda rocío del cielo, feracidad de la tierra, abundancia de grano y mosto; te sirvan pueblos y te veneren naciones. Sé señor de tus hermanos, que te veneren los hijos de tu madre. ¡Maldito quien te maldiga, bendito quien te bendiga!” (Gn 27,29-30). Estas fueron las palabras que pronunció Isaac a su hijo Jacob cuando lo estaba ungiendo y consagrando para representar a Dios ante su pueblo Israel.
Veneración a un ángel (cf. Jos 5,13-15; Tb 12,15-17).
Exaltación de la gloria de Abraham (cf. Eclo 44,19); a Elías (cf. Eclo 48,4); a Moisés como a los santos (cf. Eclo 45,1.7-8), y a Josué (cf. Eclo 46,1-3).
Homenaje a María (cf. Lc 1,28).
“Todas las naciones me llamarán bienaventurada” (Lc 1,48).
Hablando de los miembros de la Iglesia, dice Pablo: “… y si un miembro recibe honores, todos se alegran con él” (1Cor 12,26).
¿Cuándo hay idolatría en postraciones?
(241) La idolatría no sucede en las rodillas, sino en la intención de la persona; no sucede cuando lo que se tiene por intención es dar muestras de honor, respeto o súplica de compasión ante alguien (ver tema próximo). Veamos algunos casos donde la idolatría en postraciones está presente y observemos que esto ocurre sólo cuando hay una deliberada intención de considerar Dios a quien no es Dios:
Los griegos se postran ante Pablo y Bernabé creyendo que eran dioses y pretendían ofrecerles sacrificios. Pablo y Bernabé intentan impedírselo (cf. Hch 14,11-12).
Cornelio, como todo centurión romano, ha sido formado desde niño a divinizar autoridades, especialmente al emperador. Era de esperarse que, sabiendo que el apóstol Pedro venía a visitarle de parte de Dios, lo reciba y lo salude del mismo modo como hubiese recibido y saludado a su emperador: postrado de rodillas. En ese momento comienza Pedro a catequizarlo diciéndole: “Levántate, que también yo soy un ser humano” (Hch 10,25-26).
Un ángel corrigió al apóstol Juan cuando se postró ante él; le dijo: “No, cuidado, que soy un siervo como tú y tus hermanos los profetas…” (Ap 22,8). No lo insultó diciéndole idólatra, sino que con caridad le hizo caer en cuenta que no debía considerarlo Dios.
Postraciones ante siervos de Dios que son aceptadas por Dios.
(242) “[La sunamita] Llegó hasta el hombre de Dios [Eliseo] y se postró a sus pies” (2Re 4,27). Incluso, alguien la quiso levantar y el profeta le dijo que no, que la dejara tranquila. Entonces el arrodillarse no es malo, sino el hacerlo considerando como Dios a alguien que no es Dios. Aquí la sunamita se ha puesto de rodillas por honra y respeto, por veneración a Eliseo.
“David y todos los ancianos cayeron rostro en tierra ante un ángel de Yahvé” (1Cro 21,16.21). Los ángeles no son Dios, y sin embargo se postraron ante él como acto de adoración a Dios representado en su ángel.
Toda la asamblea se inclinó y se postró ante Yahvé y ante el rey David (cf. 1Cro 29,20).
Los hijos de Jacob postrados rostro en tierra ante José (cf. Gn 42,5-6).
José se postra ante su padre Jacob (cf. Gn 48,11-12).
David postrado ante Saúl (cf. 1Sam 24,9).
Cristo mismo lo dijo en una parábola. En Mt 18,25.29 hay dos postraciones ante hombres pidiendo misericordia por deudas de dinero pendientes por pagar, y no por adorarles como dioses: “Ten paciencia conmigo, que ya te lo pagaré”. Por estas postraciones no hubo pecado.
Respecto a postraciones ante imágenes sagradas (Ver: GB, N° 263).
Las reliquias de los santos deben ser veneradas con profundo respeto y amor.
(243) José pide que al salir de Egipto lleven sus huesos hacia la tierra prometida (cf. Gn 50,25).
Moisés lleva los huesos de José y en Siquem les dio honrosa sepultura (cf. Jos 24,32).
Moisés muestra honra, reverencia y respeto hacia los huesos de José (cf. Ex 13,19).
Un hombre asesinado hace contacto con los huesos del profeta Eliseo e inmediatamente revivió y se puso de pie (cf. 2Re 13,20-21).
El Arca llevaba dentro las reliquias más sagradas para los israelitas: las tablas de la ley, la vara de Aarón y un vaso de oro con el maná (cf. Hb 9,4).
Con los pañuelos y la ropa de Pablo ocurrían milagros; eran llevados a los enfermos y al tocarlos se sanaban (cf. Hch 19,11-12).
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