Sábado, I Semana. Tiempo de Cuaresma
Comentario:
Esta interrogante surge, obligatoriamente, después de leer la primera lectura de la liturgia de hoy: “Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma. Hoy has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos, observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos sus preceptos. (Deut 26,16-18)
Vemos que destaca observar sus preceptos y cumplirlos con todo el corazón. Jesús es vivo ejemplo de que es posible una vida sujeta al Padre, a su amor infinito. En toda la biblia se habla de la obediencia de los profetas y de todas aquellas personas ungidas o escogidas por Dios. ¿Cómo es posible entonces que muchos de nuestros hermanos protestantes, y hasta de la fe católica, se empeñan en crear un dios a su conveniencia? Se nos escucha decir, a diario, “yo no voy a misa pero tampoco hago nada malo”, “yo no creo en curas, ni en esa gente que van a la Iglesia”, “Yo creo en Dios a mi manera”; y nuestros hermanos esperados viven exigiendo y decretando ser prósperos, saludables, y sin sufrimiento alguno. Se dirigen a Dios, de manera imperativa alegando que Cristo ya padeció bastante por nuestros pecados.
¿Puede un hijo decirles a sus padres en qué obedecerles? Es absurda nuestra actitud! Dejemos que él sea nuestro Dios y cumplamos sus preceptos con toda el alma, porque su amor es infinito.
Preguntas para compartir:
¿Cuál es la forma de dirigirte a Dios en la oración?, ¿Te adhieres a sus preceptos y los cumples u ocurre lo contrario?
Elaborada por:
Adelina Ruíz Mfc
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