
Tomar una pastilla para dormir es un proceso sencillo, pero puede acarrear efectos secundarios que solo añadirán complicaciones a las dificultades actuales. Además, no resolverá tu insomnio si no se reeducan tus hábitos y estilo de vida. Es importante seguir las recomendaciones iniciales y dejar que Dios y los bienes del cielo guíen tus prioridades.
Dios podría estar tocando la puerta de tu corazón, invitándote a permitirle entrar y transformar tu forma de pensar y actuar. Esto significa renacer, dejando atrás las inclinaciones del mundo, del poder y la posesión, y viviendo como hijo de Dios, renovado en el Espíritu Santo. Es posible que no encuentres un buen samaritano que te ayude en tus sacrificios, pero al adoptar un nuevo estilo de vida, con Dios como el centro de tu existencia, experimentarás su amor, compañía y abundantes bendiciones en cada momento. Esto hará que enfrentar el esfuerzo diario y nocturno de cuidar a un ser querido con una enfermedad crónica se sienta más ligero y llevadero.
Las Escrituras nos recuerdan la importancia de hacer de Dios nuestra prioridad: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os añadirán” (Mt 6, 33). Además, el Salmo 127, 2 nos enseña que “en vano madrugáis, y os fatigáis por comer el pan de dolores; pues a su amado dará Dios el sueño”. Estos versículos reflejan la promesa de paz y propósito que Dios ofrece a quienes confían en Él.
Este enfoque no sólo te llevará a una mejor salud mental y espiritual, sino que también permitirá que la luz de Dios brille en ti, dándote la fuerza necesaria para enfrentar cualquier dificultad.
Para compartir:
1.- ¿De qué manera la confianza en Dios y el cambio de hábitos pueden impactar nuestra salud mental y espiritual al enfrentar el insomnio o los desafíos cotidianos?
2.- Reflexionando sobre el Salmo 127, 2 y Mateo 6, 33 ¿Qué pasos concretos podemos tomar para centrar nuestra vida en la fe y dejar de lado las preocupaciones materiales que nos afectan?
Elaborada por:
P. Héctor Pernía, mfc