El peligro de sólo hacer ejercicios físicos
Una de las principales idolatrías en las que ha caído la generación actual es la adoración del cuerpo.
Mucha gente vive obsesionada por el gimnasio, los ejercicios y la disciplina alimenticia; no para procurar la salud y servir mejor a Dios, a su familia y a la sociedad, sino para llamar la atención, porque les preocupa la apariencia, las líneas, el busto, los pectorales, el abdomen, la cintura, los glúteos, lucir las piernas y los músculos. Si bien estas actividades ayudan a aliviar el estrés, debe evitarse la obsesión por ellas, ya que, llevadas al extremo, pueden conducir al narcisismo:
«Tendencia a la propia autosatisfacción en lo físico, en lo psicológico y en lo social. Alude el término a la figura de un bello joven de la mitología griega llamado Narciso, que rechazó el amor de hombres y mujeres prendados de su figura. Se contemplaba en el río y se enamoró de su propia imagen. Al no poder culminar su pasión amorosa, terminó consumido (o suicidado) por su desajustado egocentrismo y su incapacidad para amar a otros». (1)
(1) González, P. Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa: «Narcisismo»; Editorial Bruño, Lima, Perú 2006; e-sword-the Sword of the LORD with an electronic edge.
1.- ¿Qué importancia tiene el equilibrio del tiempo dedicado a hacer ejercicios físicos?
2.- El bienestar corporal no debe volverse más prioritario que la atención a la vida espiritual. ¿Por qué?
P. Héctor Pernía, mfc
El contenido fue tomado de la ‘Guía de Auxilio Espiritual,’ elaborada por el mismo autor de esta publicación.