Apologética en la Liturgia de la Palabra
Tema: SUCESIÓN APOSTÓLICA: BÍBLICA Y NECESARIA
Fecha: 14 de mayo de 2021.
Viernes VI de Pascua.
San Matías, Apóstol.
Lecturas del día: Hch 1, 15–17, 20–26; Sal 112, 1–8; Jn 15, 9–17.
Comentario:
Con ocasión de celebrar hoy la memoria del apóstol San Matías, es oportuno que tratemos el tema de la Sucesión Apostólica, doctrina pilar y fundamental de la Iglesia Universal, pero abiertamente rechazada por muchas denominaciones que dicen que ésta no existe ni es mencionada en la Biblia. Nos apoyaremos de la primera lectura de hoy (Hch 1, 15–17, 20–26), y reforzaremos con algunas fuentes provenientes directamente de la Sagrada Escritura y de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
Actuando con la autoridad propia de quien preside una Iglesia que es visible, – no invisible, como afirman muchos protestantes – el apóstol Pedro encabeza una asamblea con un gran número de discípulos en la que solicita y dirige la elección de un sucesor para el apóstol Judas Iscariote. Apegado a las Sagradas Escrituras, se apoya de lo dicho por el Salmista (109, 8): “…que otro se apodere de su cargo!” y prosiguió: “Tenemos, pues, que escoger a un hombre de entre los que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo en que el Señor Jesús actuó en medio de nosotros…”
La voluntad y decisión de Pedro fue ampliamente aprobada por los discípulos, los cuales oraron diciendo: “Tú, Señor, conoces el corazón de todos. Muéstranos a cuál de los dos has elegido para ocupar este cargo y recibir este ministerio y apostolado del que Judas se retiró para ir al lugar que le correspondía” (24-25). Y presentaron a dos candidatos: “a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías.” (v. 23). “Echaron a suertes entre ellos y le tocó a Matías, que fue agregado a los once apóstoles.” (v. 26).
Si así actuó la Iglesia Primitiva para sustituir a Judas Iscariote, con cuanta más solemnidad y celo habrá procedido para garantizar la sucesión del resto de los apóstoles, y muy especialmente, para relevar el primado que Cristo dejó en el apóstol Pedro. La sucesión era necesaria para proteger la unidad tanto en la doctrina como en la comunión, y refleja el cumplimiento de la voluntad de Cristo: “Qué todos sean uno para que el mundo crea que tú me has enviado”. (Jn 17, 21)
La elección de Matías, sucesor de Judas, refleja la viva conciencia que tenían los apóstoles de la necesidad y la responsabilidad de no dejar vacío el lugar y la Misión de ninguno de los Apóstoles en el pastoreo y gobierno del rebaño de Cristo. Como dice en el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 77): “Para que este Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los apóstoles nombraron como sucesores a los obispos, ‘dejándoles su cargo en el magisterio’ (DV 7).” Muestra de ello son estos textos del Nuevo Testamento: Hch 20, 25-32; 1Tim 5,22; 2Tim 1,6; 2,2; Tit 1,5 y este escrito del cuarto sucesor de Pedro, Clemente Romano (siglo I): “Establecieron, pues, tales colaboradores y les dieron la orden de que, a su vez, Otros hombres probados, al morir ellos, se hiciesen cargo de su ministerio” (LG 20). (1)
Fuente:
(1) Diccionario de Teología Católica, Sucesión Apostólica, E-Sword. The Sword of the LORD with an electronic edge.
Preguntas para compartir:
1.- ¿Existe alguna vinculación entre Sucesión Apostólica y unidad de los cristianos?
2.- ¿Qué propósitos puede tener la persistente oposición de muchos protestantes a reconocer como bíblica y necesaria la Sucesión Apostólica?
Elaborado por:
P. Héctor Pernía, mfc
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