Si Quieres Salvar Almas, Atiende Cuerpos
Una religiosa, enfermera en un hospital para pobres en la India, escribe:
«Una tarde un tuberculoso me suplicó que me acercará a su cama. Me miró fijamente, y luego me pregunto:
Virgen blanca, ¿allá en tu tierra tienes todavía a tu madre?
Todavía tengo a mi madre y, gracias a Díos esta bien.
¿También tienes hermanas?
Tenía 4 hace poco murió una.
¿También tienes hermanos?
Sí, tengo.
¿También tienes parientes que te quieren?
Tengo muchos. Pero, ¿por qué te cansas preguntándome tantas cosas?
Es que me conmuevo al verte aquí entre nosotros. Tu tienes una Madre, hermanas, hermanos y muchos amigos… podrías vivir feliz en tu tierra. Explícame por que dejaste todo, y has venido entre nosotros a sufrir, dímelo, por favor.
Calmate, calmate, al hablar tanto te va doler el pecho; mira, mas tarde te diré «QUIEN» me invitó para que te atendiera.
Y le Di un beso en la frente».
Francisca Cabrini
Dice Jesús: «Yo estaba enfermo y ustedes fueron a verme»
(Cf. Mt 25, 31ss; Sant 2,14ss; Hech 10, 36ss).
Elaborado por: Chabelis Estarada Herrera, Mfc.
Fuente: Cuéntame un ejemplo.
Fecha: Domingo, 03 de Mayo del 2018.
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