Apologética en la Liturgia de la Palabra
Tema: SEÑOR, ¿SÓLO A DIOS?
Fecha: 08 de julio de 2021.
Jueves, XIV Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo B.
Lecturas del día: Gén 44, 18–29; 45, 1–5; Sal 104, 16–21; Mt 10, 7–15.
Comentario:
En los llanos de Venezuela nació y se ha venido extendiendo a otras regiones del país – no sé si esto ocurrirá en otros países – una doctrina que es generalizada entre los grupos protestantes, de no decirle “señor” a un padre de familia o a una persona adulta, sino de llamarles siempre con el adjetivo “varón”. En el caso de las mujeres, en algunos casos les dicen “varona”.
Dicen que es idolatría darle el título de “señor” a seres humanos, que esa palabra solo se le puede atribuir a Dios. Con citas bíblicas como Ef 4, 5 donde dice que hay “un solo Señor”, le hacen creer a las personas que es pecado y prohibido por Dios aplicarlo a hombres.
¿Qué decir a esto?
Primero, es necesario examinar con coherencia éste o cualquier texto de la Biblia y preguntarse: ¿Está prohibiendo Dios allí que se le use el título de “señor” para hombres? Es un acto violatorio y de irrespeto, forzar una palabra o una frase de la Biblia o de cualquier otro libro para acuñarle las propias fantasías e ideas.
¿A qué viene este tema de hoy?
Es maravillosa la ocasión que nos ofrece la primera lectura (cf. Gén 44, 18–29; 45, 1–5) para darnos cuenta de lo errados que están quienes eliminan y catalogan como idolatría decirle “señor” o “señora” a un ser humano.
Esto ocurre cuando los hijos de Jacob llegan a Egipto en búsqueda de comida y se encuentran justo con su hermano menor, José, a quien habían vendido como esclavo a los egipcios. Pero, ellos aún no se habían dado cuenta que ahora era el administrador de aquel reino. Judá, uno de sus hermanos, con reverencia le dijo así: «Con permiso, señor, tu siervo va a pronunciar una palabra a mi señor” (Gén 44, 18).
Véase cómo Judá, en tan solo pocas palabras, dos veces le dice “señor”; no por catalogarlo de Dios, sino por respeto y reverencia. Y no fueron éstas las únicas veces. Fueron seis las veces que el texto bíblico muestra el uso del título de “señor” que los hijos de Jacob le dieron a José.
Entonces, no es como las sectas dicen. Dios no prohíbe que usemos el término “señor” para aplicarlo a personas. Sería insinuar que Dios se contradice a sí mismo al hacer al hombre a su imagen y semejanza, haciéndole participar de su señorío sobre la creación, y prohibiéndole luego de aceptar y reconocer dicha dignidad. Bien dice, para lección de estos grupos adulteradores de la fe: “No es Dios un hombre, para mentir, ni hijo de hombre, para volverse atrás. ¿Es que él dice y no hace, habla y no lo mantiene?” (Núm 23, 19).
Para compartir:
1.- ¿Qué bases bíblicas sustentan el decirle “señor” a un padre de familia o a una persona adulta?
2.- ¿Qué pretensión y consecuencias traen a la fe y a la dignidad humana el rechazo a darle el título de “señor” a los padres de familia y a las personas adultas?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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