Apologética en la Liturgia de la Palabra
Miércoles, V Semana de Cuaresma.
Lecturas del día: Dn 3, 14–20. 91–92. 95; Dn 3, 52–56; Jn 8, 31–42
Comentario:
Observa justo como comienza el texto bíblico de la primera lectura y hallarás una gran diferencia entre la idolatría y lo que hace la Iglesia Católica con sus imágenes: «Nabucodonosor tomó la palabra y dijo: “Sidrac, Misac y Abdénago, ¿es cierto que no honran a mis dioses ni adoran la estatua de oro que erigí”» *(Dn 3, 14).*
El Rey Nabucodonosor decretó mediante ley, por capricho personal, que las estatuas que él mandó a construir, no solamente eran sus dioses, sino que, también, todos los habitantes debían adorar bajo obligación, bajo pena de muerte para quienes violaran su mandato.
Como puedes notar, en Nabucodonosor hay una intención premeditada de convertir en Dios, lo que no es Dios, manipulando la ley pública de modo dictatorial para su beneficio propio. ¿Ves la diferencia con la Iglesia Católica? ¿Cuándo algún Papa, algún Dogma, algún Concilio, algún Documento oficial de la Iglesia ha hecho alguna declaración semejante respecto de alguna de las imágenes sagradas que tiene en todo el orbe? ¡En ninguna!
Por lo tanto, estamos presenciando una grave situación de calumnia sistemática, de difamación, de ataques cargados de mentira y premeditación. ¿Eso podrá venir de personas entregadas a Dios o al diablo? ¡Ciertamente, que a Dios no es! Bien advirtió San Pablo respecto de los hijos de la perdición en los tiempos de la apostasía, que ya están corriendo en la actualidad: «Se elevarán contra todo lo que es objeto de culto» (2Tes 2, 4).
Nabucodonosor, de modo abierto, confiesa su idolatría:
“si ahora mismo están dispuestos a postrarse en tierra cuando oigan el sonido de la trompeta, del cuerno, la cítara, la flauta, el trombón, la gaita y de toda clase de instrumentos, y adoran la estatua de oro, todo estará bien. Pero si no lo hacen serán inmediatamente echados a un horno ardiente. Y ¿qué dios los salvará de mi mano?” (Dn 3, 15).
La adoración a los ídolos se hacía, las más de las veces, so amenaza de muerte; y, llevados por el miedo, muchos judíos cedieron y obedecieron al rey; menos, los tres jóvenes «Sidrac, Misac y Abdénago». Y así fue casi siempre ese pecado: una orden dictatorial por parte de algún rey pagano en de algún pueblo politeísta.
¿Aprendizaje?
Sin entender antes el contexto sociocultural y bíblico que subyace al tema de la idolatría, va a ser muy difícil comprender la enorme diferencia existente entre idolatría y el uso de imágenes sagradas destinadas al culto al Dios verdadero.
La mirada prudente al leer la Biblia es tan necesaria como el caminar prudente en terrenos exigentes. Quien deje la precipitación y aborde objetivamente en la Biblia aprende que aparte de las imágenes de ídolos paganas, están las imágenes sagradas destinadas al culto del Dios único y verdadero, como ésta de Dn 3, 55: «¡Bendito seas tú que sondeas los abismos y que te sientas sobre los Querubines, alabado y cantado eternamente!». Dios, sentado entre querubines de oro (Ex 25, 18-23; 2Sam 6, 2), reinaba en Israel.
Para compartir:
1.- ¿Qué entendimiento respecto a las imágenes cristianas te ha dado este tema?
2.- ¿Qué uso tenían las imágenes sagradas que Dios le ordenó a Israel construir?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc