Sábado, IV Semana. Tiempo Ordinario
Comentario:
Contrario a lo que aseguran aquellos que usurpan el nombre de cristianos o evangélicos, y que califican de idolatría tal acto, en la Sagrada Escritura vemos que se le rendía homenaje a un conjunto de imágenes sagradas: el arca de la alianza y sus dos estatuas de querubines que llevaba encima.
Lo vemos hoy en la primera lectura, tomada del primer libro de Reyes: «Cuando regresó a Jerusalén, fue a rendir homenaje al Arca de la Alianza de Yahvé y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión; después dio un gran banquete a todos sus servidores.” (1Re 3, 15)
Tal gesto de parte de Salomón, de algún modo prefigura, anticipa y anuncia los actos de comunión con Dios que los verdaderos cristianos le ofrecerían a través de procesiones e imágenes dedicadas y destinadas a su gloria. Salomón lo hizo por gratitud, de igual modo como lo hacen multitudes que salen cada año, en muchos lugares del mundo, a rendirle homenaje a Cristo y a su Arca de la salvación: la Virgen María.
Cualquier honra que el hombre pueda rendirle a la madre de Cristo, es poca ante el portentoso homenaje que Dios mismo le tributa a ella en la Sagrada Escritura. Veamos: “Entonces se abrió el Santuario de Dios en el Cielo y pudo verse el arca de la Alianza de Dios dentro del Santuario. Se produjeron relámpagos, fragor y truenos, un terremoto y una fuerte granizada.” (Ap 11, 19)
Preguntas para compartir:
1) ¿En qué manera, la veneración que la Iglesia Católica hace a las imágenes cristianas, puede fortalecer y proteger la comunión con Dios y la fe verdadera?
2) ¿Qué motivo puede estar detrás de impedir el uso de imágenes cristianas en la relación del pueblo con Dios?
Elaborada por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc