*Apologética en la Liturgia de la Palabra*
VII Domingo del Tiempo Ordinario. Solemnidad.
*Lecturas del día:* Lv 19, 1–2. 17–18; Sal 102, 1–4. 8. 10. 12–13; 1Co 3, 16–23; Mt 5, 38–48
*Comentario:*
¿Por qué la Iglesia Católica tiene Santos?
Los tiene porque es un mandato de Dios que sus miembros sean santos: ”Yahvé le dijo a Moisés: Di a toda la comunidad de los israelitas: Sed santos, porque yo, Yahvé, vuestro Dios, soy santo” (Lv 19, 1-2). Al declarar a alguien santo, todos los miembros saben que un hermano de la Iglesia ha obedecido a Dios; y, siendo un mandato divino alcanzar la santidad, nos cuestiona y motiva a pensar: “Y yo, ¿por qué no lo hago?” (1).
Anticonceptivos, aborto y atentado contra la vida humana
No se asesina a alguien solo desde su nacimiento, sino desde su misma concepción; y, desde el acto mismo de organizar e impedir cualquier posibilidad de que acontezca; porque, en principio, se comete un mismo acto: atentar contra la vida humana.
Fornicación, lujuria y asesinato.
“¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios es sagrado, y vosotros sois ese templo” (1Co 3, 16-17).
¿Estás condenado, sin remedio, por todo el mal que has cometido?
¡No, si te arrepientes y cambias! Sería tarde si estuvieras muerto. Pero, tú, en cambio, estás vivo, y eso es maravilloso. Los muertos son los que ya no tienen chance de convertirse y empezar a hacer las cosas bien. Los vivos sí pueden hacerlo porque cuentan con el cuerpo. Lo que necesitas es:
- Fe inquebrantable: en la misericordia infinita de Dios que perdona toda clase de pecados en el Sacramento de la Confesión.
- Humildad: para reconocerse pecador, arrepentirse, y confesar sin miedo alguno tus faltas ante el Sacerdote. Él te absolverá, para siempre, de todas tus culpas en el nombre y con el poder de nuestro Señor Jesucristo *(cf. Jn 20, 22-23).*
- Valentía: Para vencer los “PEROS” internos, tu apego a los bienes y placeres de este mundo, y el qué dirán si cambias y acudes al Sacramento de la Confesión para dar el paso definitivo de ir y entregarte a Cristo.
En el camino, lleva contigo la meditación de estos bellísimos versos tomados del libro de los Salmos: “no nos trata según nuestros pecados, ni nos paga según nuestras ofensas” (Sal 102, 10). “Dichoso el que es absuelto de pecado y cuya culpa le ha sido borrada” (Sal 31, 1-2). Éste puede ser, justamente, el comienzo de tu historia de santidad.
*Fuente:*
*(1)* P. ÁNGEL AMO. Santoral – Catholic.net. s-Word, the Sword of the LORD with an electronic edge.
*Para compartir:*
1.- ¿Está fuera de nuestro alcance ser Santos, si hemos cometido faltas muy graves?
2.- ¿Quién es más feliz y más alegre; el Santo o el que vive y se entrega al desenfreno y al pecado?
*Elaborado por:*
P. Héctor Pernía, mfc