«Jesús tomando al ciego de la mano lo sacó fuera de Betsaida» (Mc 8, 23)
Elaborado por: Pbro. Héctor Pernía, mfc
Fuera del pueblo ¡qué curioso! ¿no podía curarlo adentro? ¿Qué pasa con Betsaida? ¿qué significa? ¿por qué afuera y no adentro ¿Qué te está diciendo, hoy, el Señor? ¡Atento! ¡Presta mucha atención!
San Juan de Ávila: sacerdote y escritor, asceta español que nació en el año 1500 y murió en 1569, comenta:
«Porque bien pudiera Cristo curar al ciego dentro del pueblo, más quiso sacarlo y así darle vista; para darnos a entender que, fuera de la vida común que sigue la mayoría, hemos de ser curados por Cristo, siguiendo el camino estrecho por el cual, dice el mismo Jesús, muy pocos quieren andar» (Mt 7, 14)
Reflexionar:
¿Qué será Betsaida en mi vida? ¿Dónde está?
¿De dónde necesito que Jesús me saque para que pueda ver?
¿Cuál será mi ceguera?
El Señor te habla en sentido espiritual. Esa ceguera es que no te estás dando cuenta que la normalidad de la vida en la mundanidad, la cotidianidad de la inmoralidad a la que me acostumbro, porque todo el mundo la vive sin preocupación ni temor de Dios alguno; del vicio, el desorden social, la indiferencia hacia la Iglesia Católica la única que Cristo fundó, hacia la Oración, hacia los Sacramentos, mi propia temporalidad y fragilidad; no veo que mi rutinario y acostumbrado modo de pensar y de vivir, me están arrastrando a la condenación eterna y eso puede pasar en cualquier instante. Ese desenlace puede suceder en cualquier instante y no estoy preparado para salvar mi alma. Vivo seducido por la búsqueda de sólo dinero, bienestar material y disfrutar, como si eso fuese para siempre.
¿Qué significa que Jesús tomó de la mano al ciego para sacarlo del pueblo?
Pues, que de la mundanidad, de la fascinación del camino ancho hacia la condenación, que es el placer, el disfrute del gozo temporal, no lograré salir solo. Tengo que ser humilde y dejarme orientar por otro. El pecado me tiene la mente cegada y otro me tiene que llevar. El ciego se tiene que dejar llevar.
¿Llevar a dónde y por dónde?
Bueno, Betsaida está allá afuera del templo. Afuera está esperándote. Afuera te quiere. No te quiere aquí en la Eucaristía. Afuera significa, «allá afuera de los Sacramentos, afuera de la Palabra, fuera del camino de la Iglesia». Hoy estás aquí. Hoy saliste de Betsaida. Hoy estás fuera de Betsaida. Estás en el templo, y de hecho, mientras me sigues, te está pasando como al ciego, que al primer intento de Jesús para curarlo dijo: «Veo hombres, parecen árboles, pero andan»
Betsaida está afuera. El camino ancho de la perdición te seduce. Quiere que te salgas para que vuelvas a esa cotidianidad equivocada. Tú decides. Estar afuera de Betsaida es estar aquí. Alguien te trajo. Alguien te trajo.
Terminada la Misa volverás a ver a Betsaida. Pero tú puedes ser diferente a Betsaida. Ven siempre, ven todos los días, a salir de Betsaida, a ver claro, a ver al Señor.
Aquí estás hoy como el ciego del Evangelio, viendo como hombres, como sombras, porque no estás viendo con claridad todavía. Siga el camino estrecho y verás con claridad; verás al Señor, verás la Eternidad.
El camino estrecho que casi nadie quiere seguir y que tú vas a andar, son los Sacramentos. Toma ese camino, síguelo y déjate guiar por otro. Sé humilde comienza, y verás con claridad.
