Alfonso, siendo aún niño fue visitado por San Francisco Jerónimo el cual lo bendijo y predijo para él grandes bendiciones y sabiduría. A los 16 años, caso excepcional obtiene el grado de doctor en ambos derechos, civil y canónico, con notas sobresalientes en todos sus estudios.
Para conservar la pureza de su alma escogió un director espiritual, visitaba frecuentemente a Jesús Sacramentado, rezaba con gran devoción a la Virgen y huía de todos los que tuvieran malas conversaciones.
Su padre, que deseaba hacer de él un brillante político, lo hizo estudiar varios idiomas modernos, aprender música, artes y detalles de la vida caballeresca. Como abogado, el santo obtenía importantes triunfos; sin embargo, no lo dejaba satisfecho ante el gran peligro que en el mundo existe de ofender a Dios.
Por revelación divina, San Alfonso abandona todo y decide convertirse en apóstol incansable del Señor Jesús. La tarea no fue fácil; tuvo que enfrentar, con gran lucha espiritual, a su padre y familia, a sus amigos y así mismo. Al fin, a los 30 años de edad logra ser ordenado sacerdote, y desde entonces se dedicó a trabajar con las gentes de los barrios más pobres de Nápoles y de otras ciudades, a quienes les enseñaba el catecismo…
Patrono de confesores y moralistas.
Doctor: El Papa Pío IX lo declara Doctor de la Iglesia en 1875.
Nació: cerca de Nápoles el 27 de septiembre de 1696.
Falleció: 1 de agosto de 1787.
Canonización: El Papa Gregorio XVI lo declara Santo en 1839.
Fuentes: https://www.aciprensa.com/recursos/san-alfonso-maria-de-ligorio-2870
https://www.aciprensa.com/recursos/biografia-2871
Fecha: Miércoles, 01 de Agosto de 2018.