(Diálogo inspirado en el encuentro
entre el Etíope y Felipe en Hch 8, 26-40)
Gálatas 1, 11-24:
«Les recordaré, hermanos, que el Evangelio con el que los he evangelizado no es DOCTRINA DE HOMBRES».
Ahora comienza Pablo a demostrar sus credenciales por qué su doctrina no es de hombres. Verás como poco a poco apunta y centra su demostración en que fue examinado y aprobado por el apóstol Pedro y los demás Apóstoles.
(Continua el texto bíblico:
No lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por una revelación de Cristo Jesús. Ustedes han oído hablar de mi actuación anterior, cuando pertenecía a la comunidad judía, y saben con qué furor perseguía a la Iglesia de Dios y trataba de arrasarla. Estaba más apegado a la religión judía que muchos compatriotas de mi edad y defendía con mayor fanatismo las tradiciones de mis padres. Pero un día, a Aquel que me había escogido desde el vientre de mi madre, por pura bondad le agradó llamarme y revelar en mí a su Hijo para que lo proclamara entre los pueblos paganos. En ese momento no pedí consejos humanos, ni tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y de allí regresé después a Damasco. Más tarde, pasados tres años, SUBÍ A JERUSALÉN PARA ENTREVISTARME CON PEDRO Y PERMANECÍ CON ÉL QUINCE DÍAS. Pero no vi a ningún otro apóstol fuera de Santiago, hermano del Señor.TODO ESTO LO DIGO ANTE DIOS; ÉL SABE QUE NO MIENTO.
Luego me fui a las regiones de Siria y Cilicia, de manera que las Iglesias de Cristo en Judea no me conocían personalmente. Tan sólo habían oído decir de mí: “El que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que trataba de destruir.” Y glorificaban a Dios por mí.
Gálatas 2, 1-10:
«DESPUÉS DE CATORCE AÑOS subí de nuevo a Jerusalén con Bernabé, llevando a Tito con nosotros. Siguiendo una revelación, fui para EXPONERLES EL EVANGELIO QUE ANUNCIO A LOS PAGANOS. ME ENTREVISTÉ CON LOS DIRIGENTES EN UNA REUNIÓN PRIVADA, NO SEA QUE ESTUVIERA HACIENDO O HUBIERA HECHO UN TRABAJO QUE NO SIRVE. Pero ni siquiera obligaron a circuncidarse a Tito, que es griego, y estaba conmigo; y esto a pesar de que había intrusos, pues unos falsos hermanos se habían introducido para vigilar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y querían hacernos esclavos (de la Ley). Pero nos negamos a ceder, aunque sólo fuera por un momento, A FIN DE QUE EL EVANGELIO LES LLEGARA EN TODA SU VERDAD.
En cuanto a los dirigentes de más consideración (lo que hayan sido antes no me importa, pues Dios no se fija en la condición de las personas), no me pidieron que hiciera marcha atrás. Por el contrario, RECONOCIERON que a mí me había sido encomendada la evangelización de los pueblos paganos, lo mismo que a Pedro le había sido encargada la evangelización de los judíos. Pues de la misma manera que Dios hizo de Pedro el apóstol de los judíos, hizo también de mí el apóstol de los paganos.
SANTIAGO, KEFAS Y JUAN RECONOCIERON LA GRACIA QUE DIOS ME HA CONCEDIDO. Estos hombres, que son considerados PILARES DE LA IGLESIA, nos estrecharon la mano a mí y a Bernabé en señal de comunión: nosotros nos dirigiríamos a los paganos y ellos a los judíos. Sólo debíamos acordarnos de los hermanos pobres de Jerusalén, lo cual he tenido cuidado en cumplir.»
DESARROLLO DE ANÁLISIS:
FELIPE: Sólo los pastores de la Iglesia Católica tienen cómo demostrar su legitimidad. Sólo ellos han practicado desde sus inicios lo hecho por San Pablo en el pasaje bíblico que hemos visto en el libro de Gálatas. Veamos los hechos: los Obispos son sucesores directos de los Apóstoles y cada 7 u 8 años realizan la conocida VISITA AD LIMINA. Viajan de todas partes del mundo y se reúnen con el sucesor directo del Apóstol Pedro, allí exponen la marcha y estado de la iglesia local que pastorean y reciben la bendición del Papa; luego proclaman el Credo justo donde están las tumbas de Pedro y Pablo, en la ciudad de Roma, expresando así la íntima unión con la Iglesia de Cristo. Los sacerdotes y todo el pueblo de Dios también seguimos este ejemplo de San Pablo cuando acudimos a la MISA CRISMAL durante los días de Semana Santa y estamos junto a nuestros Obispos. Este propósito también está presente en las Visitas Pastorales que los Obispos realizan sistemáticamente a las Parroquias de sus Diócesis.
ETÍOPE: Todo es examinado y legitimado en la Iglesia Católica, lo cual le brinda al pueblo confianza y seguridad en lo que cree y vive dentro de la Iglesia; el pueblo sabe que se procede conforme a como está escrito en la Biblia.
FELIPE: Lamentablemente esto no lo hace ningún pastor de ninguna denominación cristiana evangélica o de otros movimientos pseudo cristianos. Un abogado o un médico anda intranquilo si no cuenta aún con sus documentos de legitimidad y el reconocimiento jurídico de su profesión por parte del Estado. Haber estudiado en una universidad de mucho prestigio no le es suficiente; quiere una universidad legítimamente reconocida por las autoridades del Estado. Sabe bien que de no tenerlo muy poca gente confiaría en él y fácilmente sería denunciado ante la ley como estafador. La legitimidad y certificación llevan a la gente a sentir seguridad y confianza. Todos dicen: “si no tienen como demostrar su legitimidad o certificación oficial son entonces farsantes e impostores que andan engañando a las personas para robarles su dinero”.
ETÍOPE: No se puede jugar o poner en riesgo la fe de la gente sencilla.
FELIPE: Ya que tocas ese tema, Etíope; la advertencia que Jesucristo hace en Mt 18,6 y en Mc 9,42 a quienes hagan caer en el error a otros es muy severa. Las personas toman las decisiones más fundamentales y trascendentales de su vida partiendo de su fe; por ello no se puede exponer a la inseguridad la fe de la gente. Consciente de la responsabilidad que un sacerdote tiene ante la comunidad, la Iglesia Católica pide a los candidatos al sacerdocio exámenes de VIH, test psicológicos, entre otros; y se hace un minucioso acompañamiento formativo de su preparación e idoneidad para ejercer el ministerio.
Por el respeto que el pueblo se merece ningún pastor protestante debería estar al frente de una comunidad sin haber tenido previamente un proceso de examinación y preparación adecuado. Recordemos, para poder guiar en la fe a una comunidad, la Palabra de Dios exige algunas condiciones de suma importancia: “Que no sean recién convertidos para que el cargo no se les suba a la cabeza, que gocen de buena fama ante los que no pertenecen a la Iglesia, respetables, de una sola palabra, moderados en el uso del vino, que no busquen dinero mal ganado y que guarden el misterio de la fe con una conciencia limpia”. (1Tim 3,6-10). Nadie puede tomar el oficio de predicar ni dirigir iglesias si no es certificado, reconocido y autorizado por las columnas, los pilares de la Iglesia.
ETÍOPE: Actualmente nos encontramos ante una situación de caos; pues hay muchas personas que, haciendo un uso irresponsable tanto de la Palabra de Dios como de la libertad de culto existente gracias a Dios en las leyes de muchas naciones, toman el oficio de hacerse pastores por cuenta propia, agarran una Biblia y salen a una plaza y demás espacios públicos a predicar y en muy poco tiempo ya andan fundando una iglesia.
FELIPE: Siempre ofrecen una explicación de dudosa y difícil demostración a la que llaman una revelación directa de Dios. Todos esos pastores deben depender de alguien legítimamente constituido y pasar por revisión y examen para que sus esfuerzos por la obra de Dios no sean inútiles o ineficaces y no se engañe así a la gente que los sigue. No basta con que estudien en institutos teológicos de sus mismas denominaciones si éstos no son reconocidos por los pilares y columnas que Jesús instituyó en su Iglesia.
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