*Lecturas del día:Lev 13, 1–2, 44–46; Sal 32, 1–2, 5. 11; 1Cor 10, 31—11, 1; Mc 1, 40–45.
*Comentario:*
Hoy en la Palabra de Dios encontramos abundantes referencias que nos dan la respuesta. Veamos:
En la primera lectura, del capítulo 13 de Levítico, está relevado el mandato de Dios a todo israelita a presentarse ante el sacerdote para que le revisara si tenía lepra, y si se la encontraba, le tenía que declarar impuro. Aquella lepra era prefiguración del padecer que sufre el cristiano: el pecado; Era prefiguración de que el cristiano tendría que acudir a un sacerdote a examinar su alma, su conciencia, y a pedir ser declarado puro, es decir, a recibir la absolución de sus culpas y faltas.
En el Salmo 31, Dios llama dichoso a quien confiesa y reconoce su pecado. Es la respuesta para corregir y denunciar las falsas doctrinas e iglesias que andan por el mundo predicando que con el sólo acto de arrepentimiento ya quedan perdonados los pecados, como un artificio inventado para alejar a los cristianos de los sacerdotes y de la Iglesia de Cristo.
San Pablo, en la segunda lectura, escrita a los Corintios, nos llama a la humildad y a la obediencia, a no buscar nuestro propio interés y a no dar escándalo, porque así actúa un cristiano que convive con el pecado y no busca el modo de liberarse de ellos mediante el ministerio de la reconciliación.
En el santo Evangelio, (Mc 1,40-45) Jesucristo nos da ejemplo y nos manda ir al sacerdote para quedar declarados puros de la lepra del pecado. Es sorprendente que Él, que es DIOS y tiene todo el poder para declarar puro a alguien, no le dice al leproso lo mismo que le dijo a la mujer adúltera que iban a apedrear: “Yo te perdono. Puedes ir en paz”. Al leproso le manda a ir al sacerdote. Le dijo: “Ve a presentarte ante el sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés.”
Preguntas para compartir:
1. ¿Qué clase de lepras llevamos los cristianos en el alma y qué se requiere para ser purificados de ellas?
2. ¿Cuál es plan del maligno al crear grupos que prediquen que con el sólo arrepentimiento es suficiente para que se nos perdonen los pecados? ¿Por qué hará llamar Iglesia a dichos grupos?
Elaborada por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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