*Lecturas del día:* Am 8, 4-7; Sal 112; 1Tim 2,1-8; Lc 16,1-13
*Comentario:*
La Palabra de Dios que este día se nos proclama, nos ofrece en su conjunto una enseñanza vital que, en la medida en que vayamos profundizándola y practicándola, transformará nuestra existencia.
Una de las cosas que siempre ha sido una exigencia intrínseca y consecuente de la fe en el Dios vivo y verdadero es la manera en cómo el creyente se relaciona con los bienes materiales.
De este modo, los Profetas señalaron constantemente que la búsqueda, obtención, apego y avaricia ante las riquezas era un problema que implicaba una conversión a Yahvéh.
Sin embargo, como nadie pudo manifestar el correcto uso de las riquezas desde la fe en el Dios verdadero ya que, incluso los hombres piadosos del tiempo de Jesús, habían caído en este problema, Dios mismo quiso revelarnos el lugar y el uso que hemos de darle al dinero y a los bienes materiales desde la fe.
Por éso Jesús no fue una versión judía de la escuela cínica griega que postulaba la pobreza como valiosa en sí misma, ni tampoco la convirtió en un estatus social que todos debían asumir obligatoriamente: Él se mostró como Creador y Señor de todo cuanto existe y al mismo tiempo ocupó dinero, trabajó para alimentarse, recibió donaciones nacidas de la caridad de sus amigos, designó entre sus Apóstoles a un encargado de la economía común, aceptó ofrendas de adoración sin afirmar que ésto disculpara del servicio a los pobres porque siempre los tendremos, etc.
Por lo tanto, la clave evangélica sobre el uso del dinero es someterlo al Señorío de Jesús, de tal modo que en nuestro estilo de vida sea su Evangelio y no la moda, la economía, las falsa previsión monetaria, el lujo, etc. los que determinen nuestro vivir.
Por éso, como católicos no basta con decir «Nosotros no cobramos el diezmo falsamente como las sectas», hace falta un testimonio íntegro, católico, que muestre una vida y una comunidad en donde el dinero no es nuestro señor, sino Jesús.
*Preguntas para compartir:*
1. _¿Cómo testimonia tu vida económicamente el Señorío de Jesús?_
2. _¿Cómo invertimos nuestros bienes evangélicamente?_
*Elaborado por:*
P. Christopher Cortés, mfc
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