XI Semana de Pascua.
Comentario:
No son pocos los cristianos que han sido tocados y arrastrados por la creencia en la Reencarnación. No permitamos que la seducción de estar a la moda, nos arrastre detrás de una creencia inventada por hombres; y nos lleve a despreciar un amor tan extremo, real y eterno como el que sólo Cristo nos puede dar. Como dice san Pablo:
“¡Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor!. Por eso, bien en nuestro cuerpo, bien fuera de él, nos afanamos por agradarle.” (2Cor 5, 8-9)
La segunda lectura de la misa de hoy nos enciende el corazón con la promesa, de Cristo, de darnos un don más precioso y más elevado que el menospreciante e inseguro futuro que la reencarnación ofrece: el reciclaje incierto de ir a parar al cuerpo de una vaca, un cerdo, rata, caballo o cualquier otro animal o persona purificándose de lo que haya hecho durante esta vida. ¡Qué visión tan denigrante del ser humano la que representa!. Contrario a ésto, Cristo nos da una dignidad superior tan grande que siendo Dios e infinito en bondad fue capaz de entregar su vida por nosotros.
Detrás de la resurrección está Cristo, y no se oculta, sino que se revela y se da a conocer en plenitud entre los hombres. En cambio, detrás de la supuesta reencarnación ¿quién está? ¿por qué no se ha mostrado entre los hombres tal cual como Cristo para saber quién es y estar seguros de que no sea un engaño su promesa? Cristo ofrece lo que él mismo demostró que puede dar: vencer la muerte, porque él mismo pasó por la muerte, la venció y resucitó, por eso nos ofrece la resurrección porque él mismo la obtuvo y la puede dar.
Preguntas para compartir:
1-. ¿Qué otros pasajes bíblicos revelan la doctrina y promesa de la Resurrección?
2-. ¿Qué otros argumentos dejan sin fundamento la creencia de la reencarnación?
Elaborada por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc