La Guía de Auxilio Espiritual, escrita por el mismo autor de esta publicación, recomienda:
La Última Carta: La Instancia Legal
Acudir a instancias legales para cerrar un conflicto debe ser la última alternativa a considerar. Primero, es fundamental agotar todas las opciones posibles, particularmente la vía de la mediación espiritual. No se debe recurrir a espiritistas, hechiceros o brujos, ya que esto solo complicaría la situación. Estos supuestos “especialistas” tienden a generar desconfianza, incluso hacia uno mismo, por lo que la opción preferible es acudir ante un sacerdote experimentado y sabio. Él podrá ofrecer soluciones menos dolorosas y más constructivas. En general, se deben evitar las confrontaciones legales, que rara vez logran conciliar y reconstruir la paz entre las partes en conflicto, las cuales generalmente han tenido una relación cercana.
Haz oración ferviente
Visitar el templo y pasar tiempo junto al Cristo vivo en el Sagrario puede resultar muy beneficioso. Con humildad, eleva al Señor la oración:
«Señor, dame un corazón dispuesto a resolver el conflicto en el que me encuentro. ¡Dame un corazón dispuesto a estar dispuesto! Dáselo, también, oh Señor, a las personas que están en conflicto conmigo. Tú que todo lo puedes; haznos instrumentos de paz. Acrecienta, en mí, la confianza en ti, y mi amor al prójimo. Amén».
Un mediador del conflicto
En soledad, es complicado que dos o más personas en conflicto encuentren una solución eficaz y pacífica. Cristo, en Mt 18, 1-17, da la instrucción de buscar ayuda de una o dos personas, o de la comunidad, cuando no se logra la solución por sí mismos. Estos instrumentos de Dios aparecerán en el camino si se recurre nuevamente a la oración y a la escucha de la Palabra de Dios.
Confesarse
La sanación de un conflicto, especialmente en una comunidad cristiana, se alcanza mediante un sincero encuentro espiritual con Dios y la sanación espiritual de las partes en conflicto. Cada parte debe buscar su propia liberación en Cristo, a través de los sacramentos instituidos personalmente por Él. Cristo ordenó y facultó a sus doce apóstoles para llevar a todas las naciones este ministerio del perdón de los pecados, lo que es esencial para sanar las heridas en el cuerpo de la Iglesia mediante el Sacramento de la Reconciliación, el Sacramento de la Paz.
Este paso es un verdadero reto, pues muchos deberán dejar a un lado los desprecios acumulados hacia este Sacramento y superar la presión anticatólica presente en muchos ambientes. Deben cumplir con los cinco pasos requeridos para hacer una buena confesión y prepararse, como vencedores, a retornar gloriosos, celebrando la alegría infinita de un nuevo nacimiento.
Para compartir:
1.- ¿Qué alternativas se pueden considerar antes de llegar a instancias legales en un conflicto familiar?
2.- ¿De qué manera impacta el sacramento de la reconciliación en la sanación de relaciones fracturadas dentro de la comunidad?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
Fuente:
cf. «Los 5 pasos para una buena confesión»; En: Catholic.net; Disponible en: https://es.catholic.net/op/articulos/17216/cat/681/pasos-para-una-buena-confesion.html#modal; Consultado: 09 – dic – 2024.