*Lecturas del día:* Éx 17,8–13; Sal 120, 1–8; 2Tim 3, 14—4, 2; Lc 18, 1–8.
*Comentario:*
La fe la necesitamos defender en muchos frentes, y hoy abordaremos uno de ellos: el hombre sólo, sin Dios, no subsiste; de ahí que necesita orar y decir: _”el auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.”_ *(Sal 120,2)*
*Y, ¿de qué necesitamos proteger nuestra fe?*
De las fuertes tendencias de moda vinculadas a la new age, y de muchos grupos protestantes, que acentúan más allá de lo debido la autosuficiencia del hombre para la solución de sus necesidades. Los primeros, por el múltiple mercado de productos e ideologías que le hacen creer a muchos que el hombre, con su mente y la ciencia, tiene el poder de todo; a Dios lo ponen de sobra, innecesario. Eso se ve en muchas personas a las que, si Dios existe o no, eso ni les interesa, ni les importa, les da igual.
También nos debemos proteger del bombardeo de muchos grupos protestantes y novedades presuntamente católicas, infestadas de esos mismos aires contaminantes de la new age (nueva era), donde se hacen y se distribuyen cadenas, “oraciones”, cursos, meditaciones, publicaciones, que ponen al hombre a jugar a ser «dios,» a usurpar el lugar de Dios, e, incluso, a pretender estar por encima de Él. Se le ve presente en la forma repetitiva de muchos decir, para muchísimas cosas, “Yo Decreto”, “Yo Cancelo”, “Yo Declaro”, “Yo Ordeno”. Un hombre enfermo de ceguera y arrogancia, que no observa sus muchas fragilidades, y no previene la ineludible visita de situaciones en la vida que lo vuelven impotente y necesitado: la tragedia, la muerte, la enfermedad, la desilusión, la soledad, el engaño, el hambre, la persecución, entre otras.
*¿Cómo nos defendemos ante estos peligros espirituales?*
Reconociéndonos tal cual somos: frágiles y necesitados de Dios. De ahí, la insistencia de las lecturas bíblicas de hoy, de hacernos ver la necesidad tan grande que tenemos de orar ferviente e insistentemente a Dios, de reconocer Suyas nuestras victorias, éxitos, logros. Es verdad que Moisés, con sus manos levantadas, alcanzaba la victoria de Israel sobre los amalecitas, pero, el pobre hombre ni siquiera podía sostener en alto sus manos y tuvieron que colocarle piedras de apoyo para que se sentara y pudiera mantener sus manos elevadas, para que no dejara de orar a Dios; demostrando, así, que las victorias se las daba el Señor.
El hombre, y Dios, son como un recién nacido y su madre; no logra subsistir sin el cuidado de Dios que le dio la vida, y por eso lo que Dios le dice al hombre, hoy en el Evangelio: _”…¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?”_
*El tropiezo protestante con 2Tim 3, 16*
Hacen una grotesca manipulación de ese pasaje bíblico, y lo toman como “gran evidencia” para decir que con “LA SOLA BIBLIA BASTA” para salvarse, y que no hacen falta, por lo tanto, ni la Misa, ni los Sacramentos, ni el Papa, ni los Sacerdotes, ni la Virgen. ¡Qué error! Allí lo que está diciendo es que la Biblia es un medio, y no el único medio, que Dios usa para auxiliarnos cuando clamamos a él pidiendo su ayuda. La misma Biblia contiene, en muchos textos, la evidencia de que también necesitamos la Tradición y el Magisterio.
*Preguntas para compartir:*
1) _¿Qué consecuencias negativas tiene para el hombre idolatrar su propia voluntad humana?_
2) _¿Qué es lo que Dios nos está enseñando en 2Tim 3, 16?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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