Apologética en la Liturgia de la Palabra
¿POR QUÉ OCURREN ESCÁNDALOS EN LA IGLESIA?
Lunes, XXXII Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas del día: Sb 1, 1-7; Sal 138, 1-10; Lc 17, 1-6.
Comentario:
Escándalos dentro de la Iglesia y en las sectas, sean de la denominación que sea, pareciera que es algo inevitable, y en realidad lo es. El mismo Cristo nos advierte: Es inevitable que ocurran escándalos, pero hay de aquel por quien vienen los escándalos (cf Lc 17, 1).
Nadie está fuera de caer o ser piedra de tropiezo
La invitación es a no dejarnos arrastrar por las corrientes del mundo. Los discípulos ante esta advertencia le piden al Señor “Auméntanos la Fe»; pero la fe viene del oír, y el oír de la palabra de Dios. Solo con un corazón dispuesto al Señor podremos vencer las invitaciones a la desobediencia, al pecado.
San Pablo nos anima a escuchar la palabra de Dios: «Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo» (Rm 10, 17). El primer mandamiento comienza diciendo “Escucha Israel, Amarás…” (Dt 6, 5) y esto nos da la clave. Nadie puede amar si no tiene un corazón que escucha. Si hoy hay escándalos es por la falta de fe; necesitamos un ejército de personas que sean atrevidas en su fe, que inclinen su oído a la escucha de la palabra de Dios.
San Pablo, en su carta a los efesios, nos invita a revestirnos con la Armadura del cristiano. La Fe es el escudo y la Espada la palabra de Dios. Nos protegemos con la fe, y damos la estocada con la palabra oportuna:
«…embrazando siempre el ESCUDO de la FE, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del Maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios» (Ef 6, 16-17). (mayúscula nuestra)
Debemos estar siempre alertas, dispuestos siempre a perdonar; ya que la falta de perdón genera discordia y da como fruto el escándalo: «Tenedlo presente, hermanos míos queridos: Que cada uno sea diligente para ESCUCHAR y tardo para hablar, tardo para la ira» (St 1, 19). (mayúscula nuestra)
Como cristianos católicos estamos llamados a ser portadores de Cristo para el mundo y no motivo de escándalo: «Buena es la sal; mas, si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros» (Mc 9, 50). La fe es la sal que da sabor a la vida , sin fe es imposible agradar a Dios.
Busquemos de Dios sin querer ponerlo a prueba, ni pretender gobernar a Dios, decretando como hacen muchas Sectas protestantes. Hagamos lo que nos dice el libro de la sabiduría: «Porque se deja hallar de los que no le tientan, se manifiesta a los que no desconfían de él» (Sb 1, 2).
Para compartir:
1.- ¿Qué haces para evitar ser piedra de tropiezo o escándalo en tu comunidad?
2.- ¿Te consideras una persona de fe que escucha lo que el Señor nos manda?
Elaborado por:
Jorge Luis Herrera, mfc