(Diálogo inspirado en el encuentro
entre el Etíope y Felipe en Hch 8, 26-40)
ETÍOPE: ¿Qué es IDOLATRÍA?
FELIPE: Es colocar a un objeto o persona en el lugar correspondiente a Dios. No ocurre en las rodillas, ni en un beso, ni en una imagen; ocurre en la mente, donde está todo aquello que una persona acepta o rechaza, cree o niega. No son actos mecánicos, es un ejercicio y una decisión indebida que toma una persona desde su libertad.
Hablar de una persona por sus simples actos externos, sin haberle preguntado la razón por la cual está actuando de tal manera SE LLAMA JUZGAR; y juzgar al prójimo, indiferentemente de quien sea, SE LLAMA PECAR. Si ponerse de rodillas fuese en sí mismo un acto de idolatría, entonces nuestros hermanos esperados son inmensamente idólatras, puesto que en muchos de sus actos de culto presenciamos a gente del público cayendo de rodillas postrada frente a un pastor, en especial donde, supuestamente, acontecen milagros, curaciones o liberaciones. Veamos algunos ejemplos. Tus propios ojos serán testigos.
Quien califique como idolatría ponerse de rodillas frente a alguien simplemente no conoce el concepto de este término. Por ende, es recomendable que antes de hablar conozca qué es idolatría y corrija su error; de no hacerlo permanecerá fallando y malinterpretando todo.
ETÍOPE: ¿Existen en la Biblia casos donde haya postraciones y manifestaciones de exaltación a personas sin que haya idolatría?
FELIPE: Sí existen. Revisemos algunos casos: En Dn 8,17 el profeta se inclina ante un ángel y éste no lo reprende por eso, puesto que la actitud era de veneración, no de adoración. En Tb 12,16 encontramos a Tobit y Tobías postrándose ante el ángel Rafael, quien tampoco los reprende o los manda a poner de pie; sólo les dice <<no tengan miedo>>, les dio confianza al decirles que venía de parte de Dios, y luego que el ángel se elevó ellos se pusieron de pie. A pesar de estas evidencias, podemos encontrar a personas un tanto ignorantes en la fe que ven como adoración el sólo hecho de postrarse de rodillas; sin embargo, por ellos no vamos a juzgar a millones de personas que distinguen claramente la veneración de la adoración. Por otro lado, en Hch 10,26 vemos cómo Pedro se opone a la adoración que el Centurión Cornelio trata de rendirle; recordemos que para este momento Cornelio aún no se había iniciado en la fe cristiana y provenía de la cultura romana, donde era común rendirle culto al emperador.
Podemos ver otros casos donde encontraremos a personas postrándose frente a otras bien sea por respeto o también por reconocer a un mensajero de Dios: Abraham postrado ante tres hombres de Dios (Gn 18,1-5); veneración a un ángel (Jos 5,13-15; Tob 12,15-16); exaltación de la gloria de Abraham (Eclo 44,19); glorias a Elías (Eclo 48,4); glorias a Moisés como a los santos (Eclo 45,1.7-8); glorias a Josué (Eclo 46,2); Josué postrado ante el arca (Jos 7,6); David postrado ante Saúl (1Sam 24,9); homenaje a María (Lc 1,28); una persona venerando a otra (2Re 4,27); los hijos de Jacob postrados ante José (Gn 42,6); José se postra ante su padre Jacob (Gn 48,12).
Es improcedente utilizar Ap 22,8-9 para oponerse a la veneración de los santos, puesto que, aunque el mismo ángel se opone a que se le rinda adoración, el mismo Juan confiesa, en primera persona, su intención de postrarse frente al ángel para adorarlo, es decir para tratarlo como a DIOS. Esta actitud o intención no está presente en todos los casos de postración mencionados en los párrafos anteriores. Si ponerse de rodillas frente a alguien fuese en sí mismo un pecado de idolatría, en todas las citas del párrafo anterior debería estar presente tal condenación.
NOTA: Para ampliar y complementar este tema puedes ver estos videos:
Benedicto XVI explica qué significa estar de rodillas cuando se reza.
Arrodillarse delante de imágenes sagradas es bíblico
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