Apologética en la Liturgia de la Palabra
Jueves, XII Semana del T. Ordinario
Lecturas del día: 2Re 24, 8–17; Sal 79, 1–5, 8–9; Mt 7, 21–29.
Comentario:
Cualquier fundador de secta camuflada con el título de “iglesia de Jesucristo”, o cualquiera de sus seguidores, temblarían de susto si meditaran desde lo profundo de su corazón la profecía de nuestro Señor Jesucristo cuando anunció:
«No todo el que me diga: «Señor, Señor», entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán aquel Día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?» Y entonces les declararé: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt 7, 21-23)
Éste es el texto que abre el evangelio de la Liturgia de hoy, tomado de Mt 7, 21–29.
Eso les pasará por rechazar la puerta angosta de la obediencia a la Iglesia nacida de la Voluntad de Cristo, y preferir la ancha puerta del libertinaje doctrinal característico de todo falso pastor que arrebata ovejas de su rebaño para erigir sus propias “iglesias” al margen y en oposición a la Sana Doctrina transmitida de generación en generación por la Sucesión Apostólica. También advierte a las instituciones trasnacionales que hoy se levantan para desconocer la autoridad espiritual que Dios le entregó a la Iglesia Católica para conducir a todas las naciones hacia la comunión en un único rebaño y bajo un solo pastor (cf. Jn 10, 16). Para que no se estrellen con ese final tan infeliz, tomen hoy las prudentes y sabias recomendaciones del Señor:
«Entren por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran. Guárdense de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mt 7,13-15).
No faltará, el día del Juicio, la causa de su condena: eligieron hacer a un lado la obediencia y aceptación de aquel apóstol a quien Cristo le encargó: “Apacienta mis corderos” (Jn 21, 15-17). No respetaron la autoridad suprema sobre la Iglesia y sobre los bienes del cielo, de aquel discípulo llamado Simón a quien Jesús eligió y constituyó en Roca de su Edificio espiritual – la Iglesia – y le otorgó la responsabilidad de llevar siempre en sus manos las llaves del reino de los cielos, y de legislar los asuntos de Dios en la tierra cuando le dijo: “Todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra será desatado en el cielo” (Mt 16, 19)
Es Pedro – y la Sucesión Apostólica – la Roca puesta por Cristo para que edifiquemos la fe de manera segura. Y aquellos que corren hacia una Secta, son los imprudentes. Cuando los torrentes y los vientos embistan contra aquella casa, verán derribada su falsa fe (cf. Mt 7, 24-27).
Para compartir:
1.- ¿Qué amenazas se ciernen hoy sobre la fe cristiana y la humanidad?
2.- ¿De qué lado se encuentran las Sectas ante los movimientos e ideologías que en estos tiempos pretenden apoderarse de las naciones para socavar y destruir la humanidad?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc