Apologética en la Liturgia de la Palabra
Comentario:
Si toda la sociedad entendiera el significado de ponerse la ceniza el miércoles de inicio de Cuaresma, no daría abasto un día, y quizás una semana, para ponérsela a todos.
¿A quién le gusta que le engañen? ¡A nadie! Y menos, que le engañe aquello que más ama. Eso pasa con la gloria y la fama. Los niños, jóvenes y adultos están dispuestos a todo por alcanzarla. Con la misma fuerza que la gloria y la fama en la música, el canto, el deporte, o el espectáculo que te elevan sobre los demás; en un pestañar, te derriban hasta darte un fuerte golpe al caer.
Decía San Juan Crisóstomo: *(1)*
«el deseo de la gloria está cerca de los virtuosos».
«…está presta a arrebatar a aquel que no la vigila. Entra con silencio y destruye por medio de los sentidos todas las cosas que encuentra en el interior».
«Si quieres tener espectadores de las cosas que haces, helos aquí: no sólo los ángeles y arcángeles, sino también el mismo Dios del universo».
Si te ves en esta reflexión, y quieres poner una muralla que te proteja de la temible fiera llamada VANAGLORIA, busca entonces que te pongan la ceniza bendita en la frente, lleva siempre contigo una cruz en tu cuerpo, abrázala e inspírate en ella cada vez que brillen tus virtudes. Al observar estos signos, piensa en Cristo y dile: «Lo mío, ha sido el pecado; y, lo tuyo, toda la Gloria, Señor!».
San Pablo nunca dijo como dicen las Sectas: «¡MALDITA LA CRUZ!;» sino, más bien, una excelente alabanza: «En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!» (Ga 6, 14).
Hágase este reto: junta toda la gloria que ya posees y la que aspiras ante el mundo, y compárala con la de Cristo, con la gloria que en la Cruz Él conquistó; justo, para ti, porque te ama hasta el extremo (cf. Jn 3, 16). Seguro que, después que las compares, algo así le dirás: «¡Perdí, Señor! ¡Me rindo ante ti, oh Jesucristo! Mi gloria es basura. Déjame abrazar la cruz; la que tú amaste por mí, la que cargaste por mí».
Busca una traducción de la Biblia de Jerusalén y lee *Ez 9, 4-6*, junto con Ap 7, 1-17; 9, 1-15; 22, 1-4. Reconocerás que la cruz es el sello en la frente de los elegidos de Dios. Busca, también, en Is 58, 1-12; 2S 13, 19 y Jdt 4, 11, y entenderás que la recepción de la ceniza en la frente te aviva la memoria y la conciencia vigilante que mantenga a raya y a distancia la fiera salvaje que anda rondando, con la vanagloria, para destruir tu verdadera gloria: el amor de Jesucristo.
Como lo delata la misma palabra: «VANA – GLORIA». El brillo de esa palabra es, tal cual, como agarrar agua entre los dedos.
Solo el resplandor de la gloria de Cristo es la que brilla eternamente.
Fuente:
*(1)* San JUAN CRISÓSTOMO, homiliae in Matthaeum, hom. 19-20; Catena Aurea: comentarios de los Padres de la Iglesia por versículos. deiverbum.org/mt-06_01-06-y-16-18/
Para compartir:
1.- ¿Qué valor e importancia tiene la colocación de la Ceniza bendita en la frente?.
2.- ¿Qué significado tiene el rito católico de colocar la ceniza haciendo el signo de la cruz?
Elaborado por:
P Héctor Pernía, mfc