“OH, SEÑOR JESUCRISTO,
HOY CONSAGRO A TI TODO MI TIEMPO,
TODAS MIS ENERGÍAS Y MI ALIENTO.
TE OFRENDO LO QUE TENGO:
MIS LÁGRIMAS, MIS ALEGRÍAS, MIS GOZOS Y MIS PENAS.
SON PARA TI LOS RECURSOS
QUE TÚ MISMO HAS PUESTO EN MIS MANOS.
TUYA ES MI SALUD;
TE ENTREGO MI ENFERMEDAD,
MIS NOCHES Y MIS DÍAS.
PONGO A TU DISPOSICIÓN
TODAS MIS ENERGÍAS
POR LA MISIÓN DE EVANGELIZACIÓN
PARA ALCANZAR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS.
AMO CON TODA MI ALMA,
CON TODA MI MENTE,
CON TODO MI CORAZÓN
TODO LO QUE ENCUENTRO EN LAS ESCRITURAS
QUE TÚ HAS HECHO;
LO QUE TÚ ORGANIZASTE,
LA IGLESIA QUE FUNDASTE
A LOS PILARES Y COLUMNAS QUE ELEGISTE,
RECIBO Y AMO CON TODAS MIS FUERZAS
LO QUE CON TU INICIATIVA Y TU PODER
DEJASTE ANDANDO PARA TODAS LAS GENERACIONES:
LLORO DE GOZO AL CONTEMPLAR Y COMER
TU CUERPO Y TU SANGRE EN LA EUCARISTÍA,
DESAPARECEN MIS CARGAS
CUANDO RECIBES MI ARREPENTIMIENTO
EN EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN.
SALTA DE ALEGRÍA MI ESPÍRITU
PORQUE VIVE INTENSAMENTE EN MI
TU SANTO ESPÍRITU
DESDE EL DÍA AQUEL QUE EN EL BAUTISMO TE RECIBÍ.
AMO Y HAGO ORACIÓN TODOS LOS DÍAS
POR EL SUCESOR DE PEDRO
COMO AMIGO FIEL DE NUESTRO SEÑOR
A QUIEN LE CONFIÓ TANTA AUTORIDAD
DÁNDOLE LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS (MATEO 16, 19)
Y CONFIÁNDOLE APACENTAR TUS OVEJAS POR SIEMPRE (JUAN 21, 15)
OH MARÍA SANTÍSIMA,
LLÉVAME DE LA MANO
HASTA TU AMADÍSIMO HIJO JESUCRISTO, AMÉN.