Viernes, III Semana de Pascua.
Comentario:
Un niño en la playa construía una casita con la arena. Vino otro con arrogancia mostrándose como bueno y se la piso diciéndole: ‘yo te la voy a hacer. Esa no sirvió’. El niño que levantaba su casita se puso a llorar. Algo semejante hacen los falsos pastores, pretenden suplantar la Iglesia que Cristo fundó para presumir y ser los héroes fundadores de la misma. Imposible que sean obreros de la luz. Quienes asi obran, son emisarios de la oscuridad y del mal, que en vano gastan sus energías intentando hacer desaparecer la Iglesia Católica.
Escuchen a Gamaliel: “ustedes no podrán destruirlos, y ojalá no estén luchando contra Dios.” (Hch 5,39). Sepan que sus fuerzas, y todas las fuerzas del infierno, no prevalecerán contra la Iglesia que Cristo edificó (cf. Mt 16,18).
Negarse a aceptar que en Pedro Jesucristo fundó su propia Iglesia (Mt 16,17-19) es un temerario atrevimiento de creer que pueden pasarle por encima a Cristo. Es tan sólo un pretexto utilizado como artificio doctrinal para erigirse como supuestos enviados de Dios.
Aquellos que se creen fundadores: ¿A quién creen que están enfrentando y atacando?, ¿a la Iglesia Católica?
¿No se ponen a pensar que están desafiando y luchando contra el poder y la voluntad de Dios? ¿Creerán que son la ciudad de Cafarnaúm que se creía ya asegurada en lo más alto del cielo? (cf. Mt 11,23).
Fuente:
1. Guía Bíblica de Hospitalitos de la Fe, n. 102.
Para compartir:
1. ¿Conoces ejemplos de personas que antes perseguían la Iglesia de Cristo y ahora la aman y defienden? Comparte uno de esos testimonios…
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc.