Es necesario comprender el conjunto de los eventos que giran en torno a Halloween y no verlos por separado.
La ambientación de un local comercial, de un centro educativo, de una institución, de cualquier lugar, no es un acto aislado y libre de involucración en el acontecimiento que está en desarrollo cada 31 de octubre durante las actividades que realizan los que ese día hacen la culminación del año satánico. Así como tenemos el Año Civil, el Año Escolar, el Año Judicial, el Año Litúrgico, también existe el Año Satánico, y la fecha es el 31 de octubre. Curiosamente, es el mismo día del PROTESTANTISMO, de la conmemoración de la separación que Martín Lutero causó a la Iglesia Católica hace cinco (5) siglos.
Debemos saber que el 31 de octubre los grupos que practican el SATANISMO en sus cultos hacen SACRIFICIOS de lo que ofenda a DIOS, y lo más apetecido para ellos es el sacrificio de víctimas humanas, especialmente niños.
¿Y por qué se usan socialmente las máscaras, los vestuarios, la ambientación toda llena de símbolos que oponen a la vida y atraen a la muerte, a lo macabro y tenebroso?.
En los actos de culto satánico del 31 de octubre, las máscaras y trajes para ocultarse ante los demás están relacionados con el miedo a Dios que tuvieron Adán y Eva en el libro de Génesis cuando después de pecar se dieron cuenta que estaban desnudos y se taparon (cf. Gen 3, 7). Se cubrieron porque habían perdido la protección de la Gracia de Dios, habían perdido la vida eterna.
En Halloween ocurre lo mismo. Los que hacen los sacrificios satánicos lograron que muchísimas personas en la sociedad también participen de sus aberraciones, haciendo que ambienten con el mensaje de la muerte los lugares públicos y que se oculten ante Dios usando las máscaras…
¿Ambientar los locales comerciales para poder vender en los días previos a Halloween?
Hacerlo es no seguir el ejemplo de Cristo que resistió y venció la tentación del poder cuando el demonio lo tentó a que le rindiera adoración y a cambio le iba a conceder todos los reinos (cf. Mt 4, 8-9), o de hacerle caso convirtiendo las piedras en pan para calmarse el hambre (cf. Mt 4, 2-4).
Seguro que si ambienta con halloween el local, algo de ganancias va a obtener… Pero, ¿gracias a Dios o al demonio? Por supuesto que gracias al demonio… ¿gratis?, ¡No!, de ninguna manera; el precio de la ganancia fue apoyar los sacrificios aberrantes de los cultos satánicos hechos durante ese día, entregar la confianza de su bienestar no a Dios sino al Maligno.
Su servidor,
P. Héctor Pernía, mfc