Apologética en la Liturgia de la Palabra
NO MURMURES CONTRA LOS MINISTROS DE DIOS
Martes, XVIII Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Santo Domingo de Guzmán, presbítero, memoria obligatoria.
Lecturas del día: Nm 12, 1–13; Sal 50, 3–7. 12–13; Mt 14, 22–36
Comentario:
Vaya episodio y enseñanza la que nos deja hoy la primera lectura, tomada del libro de los Números, sobre todo para estos tiempos donde fácilmente muchos murmuran contra el Papa, los Obispos y Sacerdotes, los Ministros de Cristo en la Nueva Alianza.
El ejemplo lo tomamos de lo que le sucedió a Aarón y a María cuando murmuraron contra Moisés, «por causa de la mujer kusita que había tomado por esposa: por haberse casado con una kusita» (Nm 12, 1). Lo despreciaron como profeta y representante de Dios ante Israel. Llegaron a decir: «¿Es que Yahveh no ha hablado más que con Moisés? ¿No ha hablado también con nosotros?, Y Yahveh lo oyó» (Nm 12, 2).
¿Permitió Dios la murmuración contra su Ministro, su siervo Moisés?
¡No! Su respuesta fue la de misericordia. Porque dice en el texto, que él era un hombre muy humilde, capaz de reconocer sus errores. Pero eso, ellos no lo tomaron en cuenta. De Moisés, en cambio, dijo Yahveh:
«Escuchad mis palabras: Si hay entre vosotros un profeta, en visión me revelo a él, y hablo con él en sueños. No así con mi siervo Moisés: él es de toda confianza en mi casa; boca a boca hablo con él, abiertamente y no enigmas, y contempla la imagen de Yahveh. ¿Por qué, pues, habéis osado hablar contra mi siervo Moisés?. Y se encendió la ira de Yahveh contra ellos. Cuando se marchó» (Num 12, 6-9).
Invito al lector a leer el resto del texto para que sepa de las consecuencias que les sobrevino a Aarón y María por lo que hicieron.
Es sensato y coherente pensar que si Dios reprobó la murmuración contra sus Ministros en la Antigua Alianza, con muchísima más razón reprueba y condena las murmuraciones contra sus Ministros de la Nueva Alianza, aquellos que son los Sucesores legítimos e históricos del Apóstol Pedro y los demás Apóstoles. Más aún, si las murmuraciones vienen de personas que llevan en sus ojos pesadas vigas de pecado, que ignoran o tratan de tapar ventilando públicamente los errores de los demás.
De Moisés, llama mucho la atención la confianza tan grande que Dios tenía en él. Lo pudimos ver en las palabras que leemos entre los vv. 6 al 9. Especialmente cuando dijo: «… él es de toda confianza en mi casa; boca a boca hablo con él, abiertamente y no enigmas, y contempla la imagen de Yahveh».
Y ¿del Papa? ¿Qué dijo el Señor? Dijo muchísimo más que a Moisés. Leamos en la Biblia Mt 16, 17-19; Lc 22, 30-32 y Jn 21, 15-17, y preguntemos al Señor ¿Quiénes son para ti tu apóstol Pedro y sus Sucesores para que les confíes tantísima responsabilidad? Y, no nos quedaría más que admirar la confianza tan infinita que tiene puesta en ellos y lo grave que ha de ser para nosotros atrevernos a murmurar contra el Vicario de Cristo en la tierra y contra el resto de sus Ministros.
Para compartir:
1.- ¿Es correcto murmurar contra los Ministros de Dios, siendo que no somos más perfectos y santos que ellos?
2.- ¿Qué signos de confianza entre Cristo y Pedro, el Jefe de los Apóstoles, encontramos en la Biblia?
Elaborado por:
P. Héctor Pernía, mfc