Martes, XXIII Semana del T. Ordinario
*Lecturas del día:* Miq 5, 1–4; o Rm 8, 28–30; Sal 12; Mt 1, 1–16, 18–23
*Comentario:*
Celebramos la fiesta de la Natividad de la santísima Virgen María; y, con ello, la gratitud a Dios, ya que con su nacimiento, Dios cumple la promesa que en *Gen 3, 15* hizo de enviar a una Mujer y a su Descendiente para sanar la herida del pecado y aplastar la cabeza de la serpiente.
Con esta fiesta la Iglesia no está diciendo que, tal cual, en una fecha como hoy, nació la Virgen María. Estamos celebrando y glorificando la fidelidad y la misericordia de Dios que cumple sus promesas. Al celebrar el nacimiento de la madre se celebra el del hijo; porque, si alguien negara que la Virgen María existió estaría dando por entendido que tampoco Cristo nació y existió.
Ésta es, al mismo tiempo, una fiesta que invita a preguntarnos, ¿quién es María en el plan de Dios y qué tiene ella que ver con mi salvación? Es impensable y absurdo que Dios nos haya enviado a su Hijo en el vientre y bajo obediencia a una Mujer y, que, luego, esa Mujer se convierta en un peligro para nosotros recibir al Hijo; o que Dios, luego de tomarla como sierva suya, la trate después como un simple desecho que usa y después lo olvida. Tampoco tiene sentido que la Mujer que junto a su Hijo iba a aplastar la cabeza del demonio, no tuviera importancia alguna en la lucha de cada cristiano por vencer al maligno.
¿Qué nos dará la vista de la fe si mirásemos el nacimiento de María no desde los razonamientos de los mortales, sino desde el mismo Ser que le dio la vida? Veríamos lo que de ella dijo Andrés de Creta, al comentar la celebración de este día: _“Hoy, en efecto, ha sido construido el santuario creado del Creador de todas las cosas, y la creación, de un modo nuevo y más digno, queda dispuesta para hospedar en sí al supremo Hacedor.”_ (1)
Es María el Santuario hecho por Dios en la tierra para hospedar a su Hijo. Ella fue su primera casa, su primer templo; y luego, con ella, y en ella, Cristo hace también de nuestros cuerpos, su Templo, desde el día de nuestro bautismo.
Tenemos en el profeta Ezequiel una hermosa alegoría profética que habla de un templo muy particular donde sólo iba entrar el Príncipe, el hijo del Rey, y que la puerta de dicho templo, luego que el Príncipe saliera, quedaría cerrado para siempre y más nadie podría entrar en él. Resulta bien difícil si alguien pretendiera desviar la atención e insinuar que dicho Templo y Príncipe nada tuvieran que ver con María y Jesús. Veamos lo que dice:
_“Y Yahveh me dijo: Este pórtico permanecerá cerrado. No se le abrirá, y nadie pasará por él, porque por Él ha pasado Yavheh, el Dios de Israel. Quedará pues cerrado. Pero el Príncipe si podrá sentarse en él para tomar su comida en presencia de Yahveh. Entrará por el vestíbulo del pórtico y por el mismo saldrá”_ *(Ez 44, 22-3)*
No cabe duda que, para nosotros poder recibir a Cristo, necesitamos habitar también en dicha Morada para encontrarle a Él y recibirle.
*Fuente:*
Documento en línea: Andrés de Creta; Sermones: _“Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.”_ Sermón 1: PG 97, 806-810 https://www.deiverbum.org/09-08_fiesta_natividad-de-la-bienaventurada-virgen-maria_homilias/
*Para compartir:*
1.- _¿Qué importancia para la fe en un cristiano tiene la memoria y celebración del nacimiento de la Virgen María?_
2.- _¿Qué contenidos de las sagradas Escrituras en la Liturgia de hoy aportan elementos doctrinales respecto a la natividad de la Virgen María?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
Para conocer, defender y difundir la fe, lleva esta nueva aplicación a donde estés. Ayúdanos a difundirla compartiendo esta publicidad con tus familiares y hermanos en Cristo
Para DESCARGAR
https://play.google.com/store/apps/details?id=hospitalitos.de.la.fe.pvc
…. . …
Red Católica Misionera
HOSPITALITOSDE LA FE
Llega a dondetú estés
Los comentarios están cerrados.