*Lecturas del día:* Cant 3, 1–4, o 2Cor 5, 14–17; Sal 63, 2–9; Jn 20, 1, 11–18.
Comentario:
Hoy celebra la Iglesia la memoria de Santa María Magdalena. Pensaba, al comenzar esta publicación, ¿de dónde sacar una enseñanza apologética en su vida y testimonio?
Un amigo llamado Daniel Pettit me dio una maravillosa pista: su testimonio de real y sincera conversión a Cristo. En María Magdalena, su conversión es como el agua cristalina, es limpia, es transparente, y eso tiene muchísimo que decir hacia adentro y hacia afuera de la Iglesia Católica.
Empezando por mí, que soy un ministro de Cristo, presbítero, y aun llevo conmigo muchas faltas de entrega y total conversión de vida para poderme llamar cristiano y decir que estoy con Cristo. La doble vida de los fariseos es una nube que también puede rondar encima nuestro. Es muy frecuente, y recuerdo muchos casos, de personas envueltas en delitos, asesinato, narcotráfico, prostitución, y de pronto, de la noche a la mañana, se presentan como salvos y santos, diciendo que los pecadores están todos, solamente, del lado de la Iglesia Católica. Una vez una señora me dijo:
”padre, yo no le creo a ese señor que por años anduvo matando personas, consumiendo y vendiendo droga, y ahora anda diciendo por ahí que es pastor, que él es salvo, que recibió a Cristo, y está fundando su propia iglesia. Yo no le creo porque lo vi que estaba a escondidas consumiendo droga, y apenas me vio, se sorprendió y la escondió”.
Esa persona, en unos meses, fue a parar en la cárcel, y en otros meses posteriores, fue decapitado por los internos de aquel recinto carcelario.
Como dije, también esta sombra la podemos llevar encima los católicos. Y los más expuestos a caer en ello somos, exactamente, los más ocupados en los oficios eclesiásticos.
En resumen, el testimonio de María Magdalena, nos enseña que para reconocer un verdadero testigo de Cristo debemos fijarnos en su ejemplo de transparencia. Ver si su vida refleja la Palabra de Dios; si su vida es como un evangelio abierto y vivo. Si así somos tú y yo.
*Para compartir:*
1-. ¿Soy transparente, persona de una sola pieza, sincero con Dios, en lo que hago para la edificación de su Reino?
2-. ¿En qué nos edifica y nos da ejemplo el testimonio de conversión de María Magdalena?
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc