*Lecturas del día:* Hch 12, 24—13, 5; Sal 67, 2–3, 5–6, 8; Jn 12, 44–50.
*Comentario:*
Jesús nos dice en el Evangelio: _“Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no permanezca en tinieblas”_ *(Jn 12, 46);* pero, son millares los que en estas últimas décadas se apartaron de la Iglesia Católica y se fueron a miles de nuevas fundaciones autoproclamadas “cristianas”, “evangélicas”, o con otros títulos barnizados de lenguaje bíblico y que dan apariencia de luz. Ninguna se llama a sí misma “Secta”. Dicen estar seguros que estaban en las tinieblas y que su pasado católico fue tiempo de oscuridad.
Esta es la historia que repiten uno y otro falso pastor: _”Tuve una revelación”, “Cristo me habló y me llamó,” “Dios me dijo”, “el Espíritu Santo me reveló”…_ Y, enseguida…, _“¡Biblia en mano, y listo!“_ Sin mediar con autoridad eclesiástica legítima alguna, y guiados por sus supuestas revelaciones, en pocos días o semanas…, ¡Ya pastor!, ¡ya ministro!, ¡ya apóstol!, ¡ya profeta!
Los débiles en la fe corren tras ellos, y hacen caso omiso a tantas advertencias que nos hicieron Jesucristo y los apóstoles *(cf. Mt 24, 23-25; 2Cor 11, 13-15 y 2Pe 2, 1-3)* de que surgirían falsos apóstoles y pastores disfrazados como servidores del bien, haciendo cosas maravillosas, actuando con astucia como ministros de Cristo para engañar a los elegidos con toda suerte de milagros y prodigios.
Lo ocurrido en Antioquía y que hoy nos narra el libro de los Hechos de los Apóstoles, nos abre una pista para que aprendamos a diferenciar entre los pastores que vienen de la Luz, es decir, de Cristo, y los falsos pastores que se presentan como venidos de la Luz, para azotar con divisiones y fracturas al Rebaño de Cristo, y todo porque realmente son obreros del maligno para impedir que esas almas incautas, encuentren la Salvación.
¿San Pablo se hizo pastor y ministro de Cristo de ese modo? ¿Le bastó acaso la revelación de Cristo, que tuvo mientras iba de camino a Damasco persiguiendo a cristianos? ¡No! Pero así actúan todos los que, fuera de la Iglesia Católica se hacen llamar profetas, ministros, pastores, obispos, presbíteros, e, incluso, apóstoles.
Siempre el Espíritu Santo procede haciendo los nombramientos mediante la elección e imposición de manos de las autoridades eclesiásticas que Cristo dejó al frente de su Iglesia. ¿O es que piensan que el Espíritu Santo hace todo al margen de Cristo?
Pablo, con otros compañeros, fue elegido por los apóstoles, por mandato del Espíritu Santo. No lo hizo el Espíritu Santo directamente con Pablo y los demás. Ellos sabían bien, que tenían autoridades a las que debían obedecer y rendir cuenta luego de su Ministerio, y que irían a donde ellos le iban a enviar. Así son los pastores que vienen de la luz del Espíritu Santo, son enviados por autoridades eclesiásticas.
*Para compartir:*
1) _¿De qué manera debemos distinguir a un pastor que sea realmente Ministro de Cristo?_
2) _¿Es suficiente con que atiendan obras sociales benéficas para que una denominación sea iglesia de Jesucristo?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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