*Lecturas del día:* Rm 15,14-21; Sal 97, 1.2-3ab. 3bc-4; Lc 16,1-8
*Comentario:*
Esta lectura de San Pablo es el comienzo del final de la carta a los Romanos, y usa un lenguaje delicado, mostrando un gran respeto por los fundadores de la comunidad Cristiana: _»Me atreví a hablarles con franqueza para recordarles algunas cosas_» *(Rom 15,15).* A continuación, Pablo toca un tema de una importancia apologética muy grande:
_»Lo hago con la autoridad que Dios me dio cuando hizo de mí el ministro de Cristo Jesús entre las naciones paganas para el oficio sagrado del Evangelio de Dios para hacer de esas naciones una ofrenda agradable a Dios, santificada por el Espíritu Santo. Por eso en las cosas de Dios tengo el orgullo que se puede tener en Cristo Jesús»_. *(Rom 15,16-17)*
San Pablo dice que tiene la autoridad de Dios para ser ministro; pero hoy en día, los modos de hacerse «ministro» en las «iglesias-garaje» son muy distintos. Basta solo con decir que soñaron y tuvieron una «revelación», para convertirse en ministro, en un administrador astuto de un negocio de la fe y de unos dones que jamás podrán poseer. El verdadero Ministro, recibe de Cristo, mediante su Iglesia el Ministerio (Sacramento del Orden). Es decir, no lo hace a cuenta propia *(cf. 2 Cor 11,13).* Estos falsos pastores se hacen ministros por cuenta propia, o son designados por otros que no tienen el poder conferido por la Sucesión Apostólica.
Todos defienden su postura diciendo que fueron llamados por Dios, pero en vez de parecerse o hacer lo mismo que San Pablo para poder ser pastores de la Iglesia de Cristo, se parecen más al mago Simón que vio la Fe como su fuera un producto comercial *(cf. Hch 8,9-24).* Los verdaderos Apóstoles como San Pablo, tienen dicha autoridad dada por los Apóstoles *(Hch 13,1),* y ellos, a su vez, la recibieron del Señor Jesús *(Jn 20,21);* no obstante que él se había puesto en un comienzo a predicar sin haberse comunicado primero con ellos, y luego de catorce años de ministerio, subió a Jerusalén a entrevistarse con el Apóstol Pedro a someterse voluntariamente a las autoridades y columnas de la Iglesia, a pedir que le examinen en su doctrina, y es por ello que Pablo dice que fue enviado a los GENTILES, porque así se lo autorizaron Pedro y los demás apóstoles *(cf. Gál 1,1 y 2, 1-9)*.
Pretenden así apropiarse de una gracia a la que no fueron llamados *(Hb 5,4),* y convierten los garajes y lugares de sus cultos en verdaderos «negocios de la salvación» (Compañías). Tratan, y en muchos casos, logran atrapar adeptos con cuentos y fábulas de salvación, vendiendo un evangelio distinto al de Jesús, pero no hay otro evangelio *(Gal 1,6-9)*. No son ministros, no son pastores, solo son lobos voraces *(Hc 20,29-30)*, que arrastran y alejan de la salvación a muchos que están dormidos en la fe, el mismo Jesús nos avisaba. *(Mt 7,15-16)*
Ten cuidado hermano, te recuerdo que la Iglesia Católica es la única que está cimentada en las columnas de los Apóstoles, sobre los que Jesús edificó su Iglesia, una Iglesia con tradición y sucesión Apostólica, pilar y base de la verdad *(cf. 1 Tim 3,15*), ¡la que el mismo Cristo fundó! *(Mt 16,18-19)* Nunca dijo que se acabaría o fundaría otras pero sí prometió estar con ella: «hasta el fin de los días» *(cf. Mt 28,20)*
*Preguntas para compartir:*
1- _¿Reconozco la verdadera sucesión Apostólica de la Iglesia católica?_
2- _¿Pondría mi salvación en manos desconocidas?_
*Elaborado por:*
Franklin Terán, mfc
