Héctor Pernía, mfc
¿Alguna vez JESUCRISTO tocó el tema de las IMÁGENES y la IDOLATRÍA?
(251) La respuesta es Sí. En Mt 24,15-16 dijo el Señor: “Cuando ustedes vean lo anunciado por el profeta Daniel: el ídolo del invasor instalado en el Templo (que el lector sepa entender), entonces los que estén en Judea huyan a los montes (….)». Allí Jesucristo suelta el término «ídolo» o «abominación» y hace memoria de cuando el misarca Apolonio al frente de un ejército de 22.000 hombres, y siguiendo órdenes del emperador Antíoco Epífanes, entró a profanar el Santuario de Dios en Jerusalén, y también el de Garizim, introduciendo las imágenes idolátricas del Zeus olímpico y del Zeus hospitalario. Ambos ídolos formaban parte de todo el panteón de los dioses griegos. La fecha en que esto ocurrió fue en el año 168 antes de Cristo.
El Santuario fue profanado por los griegos, demolieron las esculturas, se robaron muchas obras de arte, levantaron dentro de él altares a los dioses paganos y dedicaron el Templo de Jerusalén al dios de los griegos ‘Zeus Olímpico’ y el templo de Garizim al ‘Zeus Hospitalario’.
¿De dónde se obtiene esta información? El mismo Jesucristo nos guía. Para que le entendamos, Él allí nos pide leer la profecía de Dn 9,27, cuyo cumplimento está presente en un libro que sólo lo tienen las Biblias católicas, específicamente en 2Mac 5,24-27; 6,1-3. Llama la atención que aquí Jesús está citando un libro que los protestantes le quitaron a la Biblia: el libro de los Macabeos.
En Mt 24,15-16 Jesucristo fija posición al indicar y aclararnos a todos que no son las imágenes del Santuario en Jerusalén las que Dios condena de idolatría, ya que eran sagradas (cf. 2Sam 6,6-7) y estaban cubiertas con la gloria del Señor (cf. 1Re 8,10-12; Hb 9,5), sino a las imágenes de los dioses paganos griegos que fueron usadas para profanar todo lo que había dentro del Santuario del Dios de Israel.
Dios acepta y bendice a las familias que tienen en sus casas imágenes cristianas.
(252) Está en la Biblia, en 2Sam 6,11-12, que Dios bendijo a la familia de Obed-edom de Gat, que recibió en su casa las imágenes del arca y los querubines. Esto significa, muy claramente, que Dios bendice a quienes llevan a su casa las imágenes que representan a su amado hijo Jesucristo, a su santa madre o a sus héroes, los santos.
Hay católicos con ceguera ante las imágenes cristianas.
(253) Que pobreza y qué escándalo el que daríamos si nuestra devoción a las imágenes apenas se queda en vanidades y en las cosas superficiales. Tan igual a la gente de este mundo que piensa que tiene una gran personalidad por su estatura, por la cintura que tiene, por su aspecto físico, por el color de su piel, por borrar las arrugan que le van apareciendo. ¡Qué pobres y qué mal estamos en la relación con Dios si nos enfrascamos en el color que tenga una imagen cristiana, la ropa que lleve puesta, su tamaño, el rostro de la imagen, o por los años de antigüedad que pueda tener! ¡No! Lo primero que debemos buscar y valorar es el espíritu de Dios, que aunque pueda valerse de dichas imágenes para realizar sus obras admirables para sus hijos, no puede jamás ser reducido o encarcelado en ellas.
¡Si una de esas imágenes se rompe o se daña, simplemente se hace una nueva o se arregla, se procura que no vuelva a suceder el accidente ocurrido y no ha pasado nada! Nuestra comunión va dirigida, más que a la imagen en sí misma, a Dios que a través de ella viene a nuestro encuentro a bendecirnos.
Las imágenes cristianas y la pedagogía de la Encarnación:
(254) El uso de las imágenes bendecidas en el culto cristiano entra coherentemente dentro de la pedagogía de la encarnación de Dios en la historia y en la vida del hombre. Habiéndonos dotado del gusto, la vista, el olfato, el oído y el tacto, para constatar y tener seguridad al relacionarnos con alguien, se vale de las imágenes para ayudar a estrechar y hacer más cercana e íntima la comunicación con Él y su cercanía con los más sencillos y humildes del pueblo.
Aunque muchos estudiosos y entendidos las menosprecien y desprecien, Dios en su infinita sabiduría y misericordia, a través del recurso de las imágenes cristianas bendecidas se sirve para aproximarse para alcanzar su bendición a muchos que en sus circunstancias, por sus limitaciones, y hasta por su misma sencillez sienten más fácil poder expresar su culto y su comunión con Él.
Si para sabios y entendidos las imágenes cristianas son un obstáculo; para muchos humildes y sencillos, ellas representan algo muy santo y sagrado; y su trato y respeto hacia ellas es a veces más digno de admiración y de edificación en la fe que el de muchos letrados e instruidos.
Si buscas a Cristo, ve primero a la Eucaristía y al prójimo. Leamos Mt 25,31-46.
(255) Luego puedes, si lo deseas, ir a una imagen y rendirle veneración. Hay personas que, sin mala intención, y tal vez por desinformación, absolutizan o le dan mucha más importancia a una imagen que a la misma presencia de Cristo en la Eucaristía o al mandamiento de la caridad. Para todos, Cristo nos convoca y espera en el rostro del prójimo necesitado.
Él mismo, en persona, está presente en la Hostia consagrada. Por eso, anda y encuéntrate con él en la Eucaristía o ante su reserva en el Sagrario. Luego, si deseas, puedes ir a hacerlo a través de alguna de las imágenes que lo representen.
Así como no se puede absolutizar una imagen por encima de la Eucaristía; tampoco podemos irnos al extremo de atropellar la fe de la gente sencilla y la validez del uso de las imágenes como medio para encontrarse con nuestro señor Jesucristo.
Bendecir imágenes con agua bendita; ¿qué propósito tiene?
(256) Fue revelado por Dios, y el pueblo lo sabe y lo reconoce: que los sacerdotes están puestos y autorizados por Dios para representarle ante sus hijos (cf. Hb 5,1-5). Por eso piden y los sacerdotes invocan la bendición de Dios sobre las imágenes cristianas, como símbolos o sacramentales que pueden ayudarles para justamente alejarse y protegerse de los ídolos, como también, para comunicarse con el Dios verdadero en la oración, a través de las imágenes que representan a nuestro Dios y salvador Jesucristo, como de aquellas que representan a sus siervos (la Virgen María o sus Santos que están en el cielo)
El sacramental es un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia[1]
¿Bendecir el agua y/o las imágenes es bíblico?
(257) El agua se bendice con la autoridad revelada por Dios en las Escrituras (cf. Ez 36,25-27 y Jn 3,5) para así recordar los compromisos del bautismo, recibir el Espíritu Santo, fortalecer a los creyentes, vencer al maligno y para invocar sobre una persona el contacto y la protección de Dios.
La bendición de las imágenes se hace también para prevenir abusos. En el rito de la bendición tanto el sacerdote como el pueblo de Dios, pronuncian un AMÉN con el que se asume el compromiso de la comunidad, de que dichas imágenes pasan a ser reservadas y separadas únicamente para el culto al Dios de Jesucristo, y no se puede utilizar para otros fines (brujería, nueva era, o ir a procesiones sagradas a consumir aguardiente) (Ver: GB, N° 277 y 278).
El cristiano debe recuperar la confianza y el avivamiento del rey David.
(258) El rey, y todo Israel, salieron en procesión llevando en una carreta el arca junto con las dos estatuas de querubines de oro encima, a las que muy seguramente, si hubiesen existido anti católicos en ese tiempo, habrían llamado «muñecos», «matachos» o tal vez «demonios» y no hubieran ido a participar de la procesión.
En 2Sam 6,5.14 dice: “David y todo Israel bailaban con todas sus fuerzas delante de Yahvé”. Esto lo vemos también en el versículo 14; es decir, no iban inseguros, dudando, con temor de estar bailando delante de imágenes. Y le dicen dos veces ‘Yahve’ al arca, siendo que encima cargaba dos estatuas de querubines de oro macizo. Ellos sabían muy bien que bailaban para Dios y delante de Dios presente entre las imágenes. Esto significa ‘avivamiento’ en plena procesión. Y es que el mismo Dios les reveló que Él pondría su trono en medio de las dos estatuas de querubines (cf. 2Sam 6,2; Ex 25,22).
[1] Cf. CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Constitución Sacrosantum Concilium, sobre la Sagrada Liturgia ( Dic. 1963), en «CONCILIO VATICANO II», Documentos Completos, San Pablo, Bogotá, 1993, n. 60.
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