*Lecturas del día:* Rm 10, 9–18; Sal 18, 2–5; Mt 4, 18–22
*Comentario:*
A muchos que dicen haberse salido de la Iglesia Católica y ahora se declaran salvos, les oímos decir que ahora sí están con Cristo. Se apartaron de los Sacramentos y de los Ministros instituidos por Cristo y, llevados por el error, ahora dicen que nada de eso salva, que lo único necesario es confesar a Cristo en el corazón, sin necesidad de religión alguna. Con mucha frecuencia se justifican usando parte del texto que hoy se nos ofrece en la primera lectura:
_“Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación.”_ *(Rm 10, 10)*
Pobres almas. Creen que con repetir textos bíblicos van a borrar el error de su diaria apostasía a los exactos medios que necesitan para confesar y hacer vida que Cristo es su Salvador. Si leyeran un poco más adelante, donde dice: _“Todo el que crea en él no será confundido.”_ *(Rm 10, 11),* y dejaran entrar la luz a sus mentes, entenderían qué significa, en los hechos, confesar que Cristo es su Señor:
*Los que creen en Cristo y no serán confundidos son:*
▪️ Los que celebran llenos de gozo pertenecer y permanecer en la única Iglesia que Cristo fundó: *cf. Mt 16, 17-19*.
▪️ Los que acogen en su corazón, tal cual discípulos, el pastoreo y gobierno espiritual de las autoridades que Cristo puso al frente de su Iglesia: el Papa y los sucesores legítimos del Colegio Apostólico: *cf. Mt 16, 17-19; Jn 21, 15-17; Lc 22, 31-32.*
▪️ Los bautizados en esa única Iglesia que Cristo fundó: *cf. Mt 28, 18-20.*
▪️ Los que reciben la confirmación del Espíritu Santo de manos de los sucesores de los apóstoles, tal como lo hicieron los cristianos de Samaria de manos de los apóstoles Pedro y Juan: *cf. Hch 8, 14-16*.
▪️ Los que dicen “amén” a comer su mismísima carne y beber su mismísima sangre, tal como Él se lo indicó en la Última Cena *(cf. Mt 26, 26-28; Mc 14, 22-24; Lc 22, 14-22),* y lo anunció en el discurso eucarístico presente en *Jn 6, 48-66*.
▪️ Los que con humildad se reconocen pecadores y confiesan sus pecados ante quienes pertenecen al sacerdocio de Cristo y, en su nombre, los absuelven de todos sus pecados: *cf. Jn 20, 22-23.*
▪️ Los que en la hora de la enfermedad ponen en Cristo su esperanza, y llaman a los presbíteros de la Iglesia de Cristo para que les administren el saludable sacramento de la Unción de los Enfermos: *cf. Stgo 5, 14-15*.
▪️ Los que aceptan los diversos grados de pertenencia al sacerdocio de Cristo y acogen, tal como al propio Cristo, a los sucesores legítimos de los Ministros que Cristo instituyó para administrar sus santos Misterios: *cf. Mt 10, 1-5a; Mc 3, 16-19.*
Ninguno será confundido si, amando los mandatos de Cristo, vive con total entrega estos santos dones.
*Para compartir:*
1.- _¿Es suficiente declarar que somos salvos en Cristo para estar salvados de la condenación eterna?_
2.- _¿De qué modo se hace realidad confesar a Cristo y ser salvos?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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