VUELVE A DIOS
El matrimonio desde un principio tiene características esenciales establecidas por Dios y que forman parte de la ley natural inscritas en el corazón del hombre, por lo tanto requiere en su propia naturaleza de la unión entre un hombre y una mujer. El hombre nunca podrá cambiar ni la naturaleza del matrimonio, ni su realidad ética y antropológica. Existen uniones de personas del mismo sexo pero NO SON MATRIMONIO.
El matrimonio procrea hijos y los forma en la complementariedad de los dos sexos teniendo así un papel insustituible en el crecimiento y bienestar de la sociedad. Es un deber del estado proteger su integridad por su importante dimensión social e institucional, la Iglesia católica siempre ha defendido y profundizado el valor del matrimonio.
La justicia exige que las personas homosexuales sean tratadas con dignidad y que sus derechos humanos sean plenamente respetados._ Es necesario al mismo tiempo reconocer y proteger la dignidad de la persona con tendencia homosexual y la naturaleza inalterable del matrimonio como institución social fundamental. Que no sea manipulado el matrimonio para satisfacer exigencias contrarias a su naturaleza (énfasis nuestro).
LA NATURALEZA DE LAS COSAS.
Las uniones del mismo sexo, aunque fuesen reconocidas por la ley civil, jamás será un matrimonio por la sencilla razón que la naturaleza esencial de las cosas no cambia. La propia naturaleza del matrimonio requiere que este sea entre un hombre y una mujer.
LOS ANTECEDENTES DE LA CRISIS DE IDENTIDAD DEL MATRIMONIO.
La sociedad moderna desconoce la esencia del matrimonio y lo confunde con cualquier relación afectiva sin tomar en cuenta lo aberrante que está pueda ser.
Algunos antecedentes que ocasionaron que esta brecha de identidad del matrimonio se profundizara progresivamente son.
Proliferaron las relaciones sexuales fuera del matrimonio (relaciones prematrimoniales y adulterio).
Se separó la relación sexual en su dimensión procreativa por medio del uso generalizado de anticonceptivos.
La procreación de hijos en las parejas, se pospone indefinidamente considerándolos como un obstáculo al estilo de vida y a las ambiciones personales.
Se perdió la conciencia de que la vocación de los casados es formar una familia.
El concepto del matrimonio quedó reducido a una relación entre dos que sienten afecto mutuo, sin ser necesario por eso aceptar compromisos.
Y para terminar de desmantelar el matrimonio está el pretender aceptar y asumir la unión de dos personas del mismo sexo.
INSTITUCIÓN DIVINA.
El matrimonio es una institución humana y social, aunque este regulado por leyes civiles y eclesiásticas, no tiene su origen ni en la iglesia, ni en el estado, sino en Dios, por ende no pueden alterar su significado básico y su estructura, es así como desde la mirada de Dios es inmutable y su realidad esencial no puede cambiar para satisfacer caprichos humanos.
El papa Juan Pablo II expresó: «Es necesario volver a descubrir la dimensión trascendental que es intrínseca a la verdad plena sobre el matrimonio y sobre la familia.
MAS QUE UNA RELACIÓN PRIVADA.
Al concebir a la familia como el ceno irremplazable en el que nacen y se forman los hijos de las próxima generación, es solo entre la unión de un hombre y una mujer que puede ser tomado como verdad el matrimonio . Cualquier otra forma es una relación falsa por negar la opción de la procreación y formación de una familia.
El matrimonio es una verdad. Se puede conocer por la razón y está iluminada por la revelación. Dios ha determinado lo que es el matrimonio y esta verdad es inmutable.
Leer también.
Gn. 1,27 Gn. 2,24 Heb. 13,4 Juan Pablo II «Teología del cuerpo»
Fuente.
Rivero, J. «Uniones entre homosexuales no puede ser matrimonio».
Disponible: [http://www.fecatolica.org/catolico/moral/homosexualidad_uniones.htm]
Para reflexionar y compartir.
1.¿Puede el hombre por capricho cambiar la naturaleza de las cosas?
2. ¿Existen las condiciones necesarias para colocar a los niños bajo la custodia de uniones contrarias a la misma naturaleza?
Investigación.
Jairo Alexander Parada, Mfc.