Apologética en la Liturgia de la Palabra
Martes de la V semana de Cuaresma, feria. Ciclo B / Año impar.
Lecturas del día: Nm 21, 4-9; Sal 101; Jn 8, 21-30.
Comentario:
El texto de la primera lectura de hoy, no sólo evidencia que Dios no aborrece las imágenes religiosas -como creen los hermanos protestantes-, sino que ejemplifica como Dios en algunas oportunidades ha ordenado la elaboración de imágenes (cf. Nm 21, 4-9; Ex 25, 18-20). Pero esto no sólo en tiempos bíblicos, también ha pasado en nuestra historia reciente; tal es el caso de lo vivido por Santa Faustina:
“Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir, y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. (…). Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: «Jesús en Ti Confío». (…) Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte (…) Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí”. [1]
¡Qué grande es la misericordia de Dios! Tanto en el antiguo Israel como en nuestra contemporánea sociedad, Dios interviene y nos deja un signo de su misericordia. Aunque hoy también “hablemos contra Dios”, como aquel pueblo en el desierto (cf. Nm 21, 5), Él no nos abandona en el pecado. Si en aquel entonces fue por la oración de Moisés (cf. Nm 21, 7b), en nuestro tiempo ha sido por intercesión de Santa Faustina. Si en el desierto la vida del pueblo era amenazada por la mordedura de serpientes; en nuestro tiempo, nuestra vida (eterna) está continuamente amenazada por el enemigo de Dios, la serpiente antigua (cf. Ap 12, 9).
Sin embargo, aunque Dios ya nos ha dado medios para la salvación (para aquel pueblo la Ley, para nosotros los Sacramentos) nos ofrece “algo más” por su misericordia. En favor de aquel pueblo, Dios le encargó a Moisés que hiciera una serpiente de Bronce y la colocara en un estandarte (es decir, en una bandera) y “cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida” (cf. Nm 21, 6-9). En favor nuestro, le encargó a Santa Faustina que pintara una imagen de Sí mismo y nos pide contemplar allí a quien fue también «levantado en alto» (cf. Jn 8, 21-30).
Fuente:
*[1]* El mensaje de la Divina Misericordia. Ver: http://www.faustyna.eu/ES/index.htm
Para compartir:
1.- ¿Conoces alguna otra imagen de uso cristiano en la cual Dios haya tenido una participación directa en su elaboración, como los ejemplos que hoy hemos comentado?
2.- ¿Cómo usarías la historia de Santa Faustina para enseñar a otros que Dios continúa hoy dándonos medios para salvarnos como lo hizo con Israel en el desierto?
Elaborado por:
Nelson Ledezma, mfc