*Lecturas del día:* 1Jn 5, 14–21; Sal 149, 1–6, 9; Jn 3, 22–30.
*Comentario:*
Hoy culminamos la escucha de la Primera Carta del Apóstol San Juan y al mismo tiempo escuchamos en su evangelio cómo San Juan Bautista recibe la noticia de que Jesús ha comenzado ya su ministerio y predicación entre el Pueblo de Israel.
En su conjunto ambas lecturas nos comparten una enseñanza muy profunda que se encuentran sintetizadas en estos versículos: «Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna». (Jn 5, 19 – 20) ¿Por qué? Por lo siguiente:
Uno de los grandes peligros de la Fe cristiana ha sido la gnosis, palabra griega que significa «conocimiento», pero que hace referencia en los textos del Nuevo Testamento a la pretensión humana de conocer la Verdad sobre Dios por la propia inteligencia y, de esta manera, presentarla ante los demás como «Revelación divina», cuando más bien no es otra cosa que la consecuencia de las propias ideas y pensamientos.
De esta manera, todas las herejías realizadas a través de todos los tiempos, desde los judaizantes hasta los apocalípticos de este siglo, pasando por las herejías de las persecuciones, las herejías posteriores a la concesión de la libertad religiosa en el Imperio Romano, las herejías medievales, las herejías de la Reforma Protestante, algunas exageraciones como teologías contrarias al Magisterio anterior y posterior al Vaticano II (modernismo, tradicionalismo lefebvriano, algunas teologías de la liberación, feministas, machistas, pro LGTBI, etc.) son en su núcleo profundo simplemente gnosis, es decir, pensamientos y teorías humanas que quieren manipular la Revelación divina a los propios, intereses, pecados y egoísmos.
No nos engañemos, la Fe Cristiana no se alcanza por la adecuación de la inteligencia a los criterios mundanos y humanos, sino por la conversión constante de la Vida a la Gracia de Cristo en el Espíritu Santo, para Gloria del Padre y en la Comunión de la Iglesia.
Que las palabras de San Juan Bautista sean siempre un referente para nuestra vida: «Es necesario que Jesús crezca y que yo disminuya».
*Para compartir:*
1. ¿Evito manipular la Palabra de Dios a mis intereses?
2. ¿Doy preferencia a opiniones humanas emitidas por algunos teólogos, sacerdotes y/o predicadores que tergiversan la Revelación o camino profundizando la Fe de acuerdo a la Palabra de Dios contenida en la Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia?
*Elaborado por:*
Pbro. Cristopher Cortés, Mfc