Apologética en la Liturgia de la Palabra
LA PALABRA DE DIOS NO SE REDUCE A LA SOLA BIBLIA
Miércoles, XXI Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Santa Rosa de Lima, virgen; memoria obligatoria.
Lecturas del día: 1Ts 2, 9–13; Sal 138, 7–12; Mt 23, 27–32.
Comentario:
Una de las frases más profundas que encontramos en los textos de las Cartas de San Pablo es la que hoy aparece casi al final de la Primera Lectura de este día cuando afirma: «… Damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes, los creyentes». (1Ts 2, 13) ¿Qué es lo que San Pablo aquí está afirmando?
En primer lugar, es muy interesante que San Pablo no se esté refiriendo a un Libro, porque los evangelios ni la mayoría de textos del Nuevo Testamento se habían escrito. De hecho, esta Carta es uno de los primeros documentos del Nuevo Testamento por haber sido escrita en el año 53 d.C.
En segundo lugar, San Pablo no se está refiriendo específicamente a los textos del Antiguo Testamento, porque éstos eran mencionados regularmente bajo la expresión «La Ley y los Profetas»
… Por tanto, lo que San Pablo está haciendo es algo totalmente revolucionario, sobre todo para él, que había sido fariseo y escriba: ACEPTAR Y DECLARAR QUE LA PALABRA DE JESÚS ES PALABRA DE DIOS y que, en consecuencia, él como Apóstol no predica sus opiniones o ideas, sino que transmite lo que Jesús hizo, dijo y enseñó y que fue lo que los Apóstoles transmitieron, primero en su predicación y, después, en sus escritos.
Esto fue lo que algunos Fariseos y Escribas, lo que algunas poblaciones y personas no quisieron aceptar: QUE LA PALABRA DE JESÚS ERA PALABRA DE DIOS. Por eso es que las palabras de Jesús hacia ellos fueron tan fuertes, porque ser sepulcro blanqueado no sólo significa hipocresía, sino sobre todo rechazo a la ACCIÓN VIVIFICADORA DE LA PALABRA DE DIOS.
He aquí donde para toda persona, para todo bautizado viene la gran decisión: creer en la entera Palabra de Dios, que no sólo es la Biblia como lo creen los protestantes y las sectas, sino la Plenitud de la Revelación contenida en LA TRADICIÓN, LA SAGRADA ESCRITURA Y EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA.
Para compartir:
1.- ¿Acepto la Palabra de Dios con fe y conversión?
2.- ¿Cómo es mi trato con la Tradición y el Magisterio de la Iglesia?
Elaborado por:
P. Christopher Cortés, mfc