Jueves, IV Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo B / Año impar.
*LA IGLESIA, CUERPO VISIBLE DE CRISTO*
*Lecturas del día:* Hb 12, 18-19. 21-24; Sal 47; Mc 6, 7-13.
*Comentario:*
Para ignorar a la Iglesia Católica y decir que Cristo no la fundó, hay sectas que afirman que la Iglesia que Cristo dejó no es visible, sino invisible. Veamos si es así como dicen.
La primera lectura de la Liturgia de hoy nos enseña que Dios se acercó y le habló a su pueblo mediante Moisés, para que el pueblo le pudiera entender y atender, porque cuando lo hacía en persona, hasta el propio Moisés temblaba de miedo (cf. Hb 12, 21). También el Salmo 47, 2ss, nos anuncia que a Dios se le encuentra en la Ciudad de Sión, sobre un monte santo, en la ciudad del Señor de los ejércitos (cf. Sal 47, 3). Pero, ésta se forma no solamente con los justos que están en el cielo y las almas que se purifican en el Purgatorio; también, son parte de su cuerpo, los hijos de Dios que peregrinan en la tierra. Por lo tanto, en la Iglesia hay dos realidades y naturalezas: visible e invisible.
Y, si así fuese, que la Iglesia de Cristo fuera solamente una realidad invisible y espiritual, ¿por qué las sectas, cada una se ufana de ser la iglesia de Cristo, si sus organizaciones son visibles a cualquier persona? ¿Deberían volverse invisibles, no crees? Si no aceptan a la Iglesia Católica como Iglesia visible de Cristo, ¿cómo es la que las suyas sí lo son? Además, a ellos les encanta mostrarse y llamar más la atención públicamente que la Iglesia Católica, que la tildan de no salir, de quedarse en los templos.
No es casualidad que en el Evangelio de hoy (cf. Mc 6, 7-13) Jesucristo llama a los Apóstoles para establecer su Iglesia y le hace responsable de la extensión del Reino de Dios a todas las naciones. Esa Iglesia, hecha de carne y hueso, la enviada por Jesús, debe estar hoy de pie y vigorosa entre miles de denominaciones que pretenden usurpar su lugar, y ha de ser tan antigua en su historia, que su nacimiento debe tener por origen al mismo Jesucristo. Sólo la Iglesia Católica puede mostrar esos pergaminos (cf. Mt 16, 17-19).
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo (cf. 1Cor 12, 27; Ef 1, 22-23; Col 1, 18-25) encarnado en el hombre, en su historia, para que el hombre pueda encontrarle y pueda salvarse. Es una necesidad del hombre que sea visible. De no serlo, se extraviaría. A la vista está. Los que se han ido de la Iglesia Católica andan así, incrédulos o deambulando de una secta a otra.
Es urgente y necesario que los miembros de la verdadera Iglesia salgan al público, a retirar telarañas, para que el pueblo pueda encontrar de nuevo a la Ciudad de Sión. El Concilio Vaticano II afirmó que
“«la vocación cristiana implica como tal la vocación al apostolado. Ningún miembro tiene una función pasiva. Por tanto, quien no se esforzara por el crecimiento del cuerpo sería, por ello mismo, inútil para toda la Iglesia como también para sí mismo». (1)
*Fuente:*
(1) Proemio y capítulo 1, del Concilio del Vaticano II. Para ampliar información: Lumen Gentium, 8.
*Para compartir:*
1-. ¿Por qué la Iglesia de Cristo es una realidad visible e invisible?
2-. ¿Qué haces para ayudar a que la Iglesia que Cristo fundó sea visible a tantos que han perdido y se han extraviado en la fe?
*Elaborada por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc