XIV Sem. T. Ordinario
Comentario:
¿Será Cristo como los hombres? Así lo conciben las sectas, al parecer, ¿Qué, luego que toman una esposa la dejan y se buscan otra? Esta publicación nos advierte ante la doctrina protestante que acusa a la Iglesia Católica de ser la ramera del Apocalipsis, y de no ser la Iglesia de Cristo por haberse paganizado. ¿Será entonces que Cristo la abandonó y por eso se paganizó, siendo que le prometió estar con ella todos los días hasta el fin del mundo? (cf. Mt 28, 20)
En la primera lectura, tomada del profeta Oseas, Dios reveló que entre Él y la nueva Jerusalén, sellaría una hermosa alianza nupcial, por iniciativa y gesto tierno de Dios y no de su esposa. A través de sus nupcias con la antigua Jerusalén, Dios preparó y anunció sus nupcias con la nueva, la Iglesia.
Veamos algunas evidencias de que la Iglesia Católica es la esposa de Cristo:
En el capítulo 16 del libro de Ezequiel Dios acusa la infidelidad de su esposa, la antigua Israel, a quien trató con perenne fidelidad y gracia. Y en el pasaje de hoy, a través del profeta Oseas, dijo:
”Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. Allí le daré sus viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza; y ella responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. Y sucederá aquel día – oráculo de Yahveh – que ella me llamará: «Marido mío», y no me llamará más: «Baal mío.» Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho en amor y en compasión, te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Yahveh.” (Os 2,16-18, 21-22)
Puede apreciarse el carácter profético del texto. Hablándole a la antigua Israel, Dios hace la promesa de su matrimonio con la futura y nueva casa de Israel, la Iglesia. En Efesios y Apocalipsis esta promesa tiene la revelación de su cumplimiento:
”Que la esposa, pues, se someta en todo a su marido, como la Iglesia se somete a Cristo. Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa, pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada.” (Ef 5, 24-27)
”Alegrémonos, regocijémonos démosle honor y gloria, porque han llegado las bodas del Cordero. Su esposa se ha engalanado, la han vestido de lino fino, deslumbrante de blancura.” (Ap 19, 7-8)
”Se acercó a mí uno de los siete ángeles de las siete copas llenas de las siete últimas plagas y me dijo: “Ven, que te voy a mostrar a la novia, a la esposa del Cordero.” (Ap. 21, 9)
Decía San Agustín: “Dios engendra mediante la Iglesia y de la Iglesia hijos que no le sucederán sino que estarán con El eternamente” (Plática 12 sobre el evangelio de San Juan (5)). (1)
Fuente:
(1) http://www.mercaba.org/FICHAS/IGLESIA/iglesia_esposa_de_cristo.htm