Apologética en la Liturgia de la Palabra
Viernes de la V semana de Cuaresma, feria. Ciclo B / Año impar.
Lecturas del día: Jer 20, 10-13; Sal 17; Jn 10, 31-42.
Comentario:
Con el evangelio de este día respondamos a la negación de la divinidad de Jesucristo que hacen los Testigos de Jehová. Hoy el evangelio de la misa (Jn 10, 31-42) inicia con la reacción que tuvieron aquellos judíos que escuchaban a Jesús («agarraron piedras para apedrear a Jesús») al oírle decir: “Yo y el Padre somos uno” (cf. Jn 10, 30). Y podemos preguntarnos, ¿Qué entendieron aquellos judíos que quisieron matar a Jesús? Además, ¿Qué entendemos nosotros los católicos? ¿Qué entienden los Testigos de Jehová? ¿Cuál de estas dos «interpretaciones» (Católica vs. Testigos) se asemeja a lo que entendieron aquellos judíos?
Si continuamos leyendo Jn 10, 33 en cualquier otra Biblia que no sea la de los “Testigos” leemos algo como: “Por ninguna obra buena te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios” [1]. No obstante, en la traducción de los “Testigos” dice: “No por obra excelente te apedreamos, sino por blasfemia, sí, porque tú, aunque eres hombre, te haces a ti mismo un dios” [2].
En el primer caso interpretamos que aquellos judíos entendieron que Jesús se estaba igualando con Dios (El Padre, Yhavé) lo que para ellos era “blasfemia” y querían matarlo por ello. Por el contrario, la traducción de los “Testigos” deja ver que aquellos judíos entendieron que Jesús era «un dios» cualquiera; en este caso lo querían matar por atribuirse una divinidad que no existe en el judaísmo.
Ahora bien, si los “Testigos” están en lo cierto ¿Por qué no hay “evidencia bíblica” de que ellos quisieran apedrear también al César quien se consideraba «un dios» para los romanos? ¿Dónde se les ordena a los judíos apedrear a todas las naciones politeístas? Si Jesús se estaba presentando como «un dios» cualquiera (distinto a Yhavé) realmente no era una amenaza para aquel pueblo monoteísta que creía firmemente en un único Dios (sólo hubiese obtenido el desprecio de todos, tal como despreciaban a los griegos y a los romanos por su politeísmo).
Si Jesús se estaba presentando como «un dios» cualquiera –como hacen ver los “Testigos” en su biblia- no había ningún escándalo ya que se cumplía el Salmo 82, 6 (“yo dije, ustedes son dioses”), tal como él mismo lo mencionó: “Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios” (cf. Jn 10, 35). Hasta allí hubiese sido su defensa, pero no; Cristo continuó para reafirmar lo que quería decir: Que Él era Dios. Por ello dijo: “a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: «¡Blasfemas!» Porque he dicho: «Soy Hijo de Dios»?” (cf. Jn 10, 36).
Que los judíos entendieron que Jesús estaba diciendo que era Dios queda claro pues “Intentaron de nuevo detenerlo” (cf. Jn 10, 39). Esto mismo entendemos los católicos («Jesús es Dios») pero, a diferencia de aquellos judíos y de los modernos “Testigos”, no queremos apedrearlo ni rechazarlo.
Fuentes:
[1] Biblia Nácar-Colunga. Biblioteca de Autores Cristianos (1.977).
[2] Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Watchtower Bible and Tract Society (1.987).
Para compartir:
1.- ¿Has tenido dudas de la divinidad de Jesucristo, sólo por leer textos bíblicos que no sean católicos?
2.- ¿Qué piensa ahora de leer “la Biblia” en cualquier traducción o versión?
Elaborado por:
Nelson Ledezma, mfc