*Lecturas del día:* 1Jn 3, 7-10; Sal 97; Jn 1, 35-42.
*Comentario:*
*Han de ver en Juan el bautista, su misma vocación y misión.*
Viendo a Jesús que pasaba, Juan dice _«Este es el Cordero de Dios!»_ *(Jn 1, 36);* y, cada sacerdote en la Eucaristía, viendo que en sus manos está elevado Aquél de quien Juan predicaba, antes de darlo a comulgar, dice también, a las gentes: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. *(Jn 1, 29)*
Cada sacerdote es un san Juan Bautista para la Iglesia, porque cada Eucaristía que celebran, desde su mismo inicio, es preparar el corazón de los fieles para recibir a Cristo; y, por Él, para mover a todos a la ternura, a la postración, a la inclinación ante el Salvador, se inclina ante y besa el altar del Sacrificio, se dobla ante Él luego de imponer sus manos y ordenar su Presencia. ¡Oh asombro y mudez en la que permanecen los ángeles! viendo a Cristo humilde obedeciendo el llamado de su siervo sacerdote, acudiendo a su imprecación para hacerse realmente presente, todo Él, ante los hombres.
_«Juan estaba allí, de pie, con dos de sus discípulos cuando Jesús pasaba.»”_ *(Jn 1, 35)*
_“Se trata de una postura corporal que traduce algo de la misión de Juan, de su vehemencia de palabra y de acción. Pero, según el evangelista, se trata también, más profundamente, de esta viva tensión, siempre presente entre los profetas. Juan no se contentaba de desempeñar exteriormente su papel de precursor. El guardaba en su corazón el vivo deseo de ver a su Señor a quien había reconocido en el bautismo. Sin duda alguna, Juan tendía hacia el Señor con todo su ser.”_ *(1)*
*Todas las actitudes de Juan el bautista, suceden en cada cita eucarística.*
Los sacerdotes en la Eucaristía, igual que Juan el Bautista en el Jordán, con su mismo cuerpo y su testimonio, están puestos por Dios para educar al pueblo a recibir y tratar con actitud de reverencia y respeto a Cristo. Besan el altar donde Cristo se inmolará como Víctima para nuestra Salvación; se humillan ante el blanco Pan, hecho ya, para siempre, Carne y Sangre viva del Redentor. Están allí, ocupando el mismo compromiso santo de Juan el bautista, diciéndole a todos:
“No es a mí a quien tienen que seguir. ¡Es a Él!; No es por mí que tienen que venir a la Santa Misa, ¡Es por Él! No es por mí, por quien ahora vivo; ¡Es por Él! No es, tampoco por mí, que estoy en este santo lugar. Es Él quien me trajo hasta aquí, ¡Él es quien me llamó! Así como ustedes, yo también estoy aquí por Él, para Él, y ahora que lo tengo entre mis manos, siento temblor e inmenso gozo de decirles: ¡Estoy con Él!.»
*Fuente:*
1] Documento en línea: RUPERTO DE DEUTZ; Comentario sobre el Evangelio de San Juan: _‘Reconocer a Jesús que pasa;’_ Libro II, PL 263; https://www.deiverbum.org/jn-01_35-42/
*Para compartir:*
1] _¿Qué signos unen y asemejan a San Juan Bautista con cada Sacerdote?_
2] _¿Si los jóvenes supieran qué es ser sacerdote, habría cupo en los Seminarios?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc