Solemnidad de la Santísima Trinidad
*Lecturas del día:* Éx 34, 4–6, 8–9; Dn 3, 52–56; 2Cor 13, 11–13; Jn 3, 16–18
*Comentario:*
Un hermano separado de la Iglesia Católica, que tenga bastante conocimiento de Biblia, y por curiosidad asista a una Eucaristía completa, apenas iniciando la celebración quedará tocado y desbordado por la belleza que tiene la Liturgia católica. Dirá, posiblemente, “¡Qué hermoso, el saludo que el sacerdote da al pueblo al inicio de la Misa es el mismo que Pablo dio en una de sus cartas a los cristianos de la comunidad de Corinto;” y, si allí mismo tiene la Biblia, tenga usted por seguro que de inmediato la va a abrir para ser testigo con sus ojos de que la toda la Eucaristía y, no sólo el saludo inicial, está tejida de textos tomados de la Sagrada Escritura.
En el corto espacio que nos permite esta publicación podremos mostrarte apenas uno de esos tantísimos detalles; como comentamos, el del saludo inicial del celebrante. Luego de hacer todos la invocación a la Santísima Trinidad con la señal de la cruz, el sacerdote con solemnidad dice: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos ustedes”. Y todos, a una responden “Y con tu espíritu”.
Ahora veamos el texto bíblico de donde este momento de la Liturgia ha sido tomado: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.” (2Cor 13, 13)
Si te atrae la idea y la curiosidad de profundizar y desvelar ante tus ojos la intensa y abundante fundamentación bíblica de toda la Eucaristía, te invito a adquirir y leer el libro escrito por el ex pastor protestante Scott Hahn, “La Cena del Cordero”. Eso sí, para que no te suceda lo que me sucedió a mí. Antes de leer dicho libro, lee primero, y con mucho detenimiento, el libro del Apocalipsis, y te aseguro que te darás un verdadero banquete de gozo a leer esa joya de literatura cristiana.
Celebramos este domingo la solemnidad de la Santísima Trinidad. Muy oportuna la ocasión para hacerle ver a cualquier persona, que no es ninguna fiesta ni doctrina pagana, tal como lo afirman los Testigos de Jehová; sino que celebramos lo que nos está enseñando las Sagradas Escrituras; y, debemos tener en cuenta la advertencia que nos hace el Señor a través del evangelista Juan, que quien se salva es quien cree, y que aquel que cree en lo que Dios nos ha revelado mediante su Hijo Jesucristo se salvará, y que quien no crea, será juzgado por el mismo hecho de no haber creído en su Palabra, de que Dios es Uno sólo en tres Personas Divinas, consubstanciales y a la vez distintas entre sí, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (cf. Mt 28, 18-20; 2Cor 13, 13).
Para compartir:
1.- ¿Has tenido la experiencia de documentarte acerca de la unidad existente entre Biblia y Eucaristía? ¿Qué frutos te ha dado esa búsqueda?
2.- ¿Qué otros textos bíblicos, y de la Iglesia Primitiva se podrían tomar en cuenta para fundamentar la doctrina de la Santísima Trinidad?
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía