*Lecturas del día:* Tb 2, 9-14; Sal 111; Mc 12, 13-17.
*Comentario:*
El evangelio de hoy es oportuno para rechazar la actitud de algunos grupos «fundamentalistas» protestantes (ej. Amish, Menonitas, Testigos de Jehová, etc.), quienes prohíben a sus seguidores todo vínculo con la vida socio-política de los países donde habitan. Al separarse de «lo secular», no prestan servicio militar, ni rinden honores a los símbolos patrios, no votan, no optan a cargos de elección popular ni aceptan cargos públicos en sus naciones. Sostienen su posición «separatista» del mundo bajo el pretexto de procurar _santidad_ que, en la práctica, sólo se traduce en indolencia ante las injusticias sociales y las oportunidades que «el mundo» ofrece para cambiarlo.
Con las palabras: «Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (cf. Mc 12, 17) Jesús nos recuerda que debemos obedecer a las autoridades sin que esto se vea como un obstáculo en nuestra relación con Dios. Aunque, históricamente, en nuestro vínculo con los asuntos políticos –tanto católicos como protestantes- hayamos incurrido en errores, la actitud correcta nada tiene que ver con «aislarnos» e «ignorar» lo que acontece en el mundo. Recordemos que –ciertamente- Jesús dijo que los cristianos «no somos de este mundo» *(cf. Jn 17, 14.16)*, pero también afirmó que nosotros «estamos en el mundo» y rogó a Dios Padre para que «no nos quitara del mundo» *(cf. Jn 17, 11.15)*.
En ese sentido es que San Pablo nos exhorta a estar sujetos a las «autoridades y gobernantes» *(cf. Rm 13, 1-2; Tit 3, 1)*, y no sólo a las “autoridades eclesiásticas” (exhorto que los protestantes no cumplen al fundar cada uno su propia secta) sino que incluye a las autoridades civiles; por eso nos pide orar por los «Reyes» *(cf. 1Tim 2, 1-2)* ya que es Dios quien «depone reyes y los entroniza» *(cf. Dn 2, 21)*. *[1]*
En armonía con lo anterior, la Iglesia nos enseña que: “El deber de obediencia impone a todos la obligación de dar a la autoridad los honores que le son debidos, y de rodear de respeto y, según su mérito, de gratitud y de benevolencia a las personas que la ejercen”. Dejando claro que: “Si los dirigentes proclamasen leyes injustas o tomasen medidas contrarias al orden moral, estas disposiciones no pueden obligar en conciencia”. En cuanto a la participación en la vida socio-política, añade: “Es necesario que todos participen, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña, en promover el bien común” *[2]*.
*Fuentes:*
*[1]* _Biblia Nácar-Colunga_. Biblioteca de Autores Cristianos (1.977).
*[2]* _Catecismo de la Iglesia Católica_. Numerales: 1900, 1903 y 1913.
*Para compartir:*
1.- ¿Cuál crees que es el error de aquellos que sostienen que los cristianos debemos aislarnos totalmente de la vida civil y secular?
2.- ¿Cómo explicarías que la vida religiosa de clausura es un carisma particular para algunos, pero no es un sello distintivo de santidad para todo cristiano?
*Elaborado por:*
Nelson Ledezma, mfc