Alteraron la interpretación de la Biblia para prohibir las donaciones de sangre.
(322) Quienes dirigen a los Testigos de Jehová hacen una lectura incorrecta de Hch 15,19-20 y de Lv 17,12 que dice: “Ninguno de ustedes comerá sangre, ni tampoco el forastero que viva entre ustedes”. Toman el donar sangre como un caso de comer sangre.
La prohibición en la ley de Moisés de comer sangre está dirigida a prohibir a los israelitas que siguieran las perversas costumbres de los cananeos que sacrificaban y derramaban la sangre de los niños y niñas para el dios Moloch y de los fenicios para el dios Baal y Astarté. Los sacerdotes de estos dioses comían parte de tal sacrificio. Se puede ver esto en 2Re 23,10; Sal 106,38; Sb 12,3-5 y Ba 2,3. La ley mosaica permitió sólo el sacrificio de algunas especies de animales.
Con esa doctrina se sitúan en oposición frontal a Jesucristo porque Él a todos sus discípulos les manda a comer su cuerpo y a beber su sangre (cf. Jn 6,52-58); un mandato al que los Testigos de Jehová deberían de considerar entonces un grave pecado, un escándalo. El propio Jesucristo en Hch 11,2-18 le pide a Pedro, en una visión, que coma animales de diversas especies y que no llame impuro a lo que Dios ha declarado puro. Todo cristiano debe orar a Cristo sin cansarse para que todos estos hermanos pronto se den cuenta del camino tan equivocado que han tomado.
Cristo en la cruz y las donaciones de sangre. ¡Tienen tanto en común!
(323) Es sorprendente todo lo que hay de semejanza entre una donación y de sangre y el sacrificio de Cristo en la cruz: Cristo dio la vida por todos y nos pidió dar la nuestra por nuestros hermanos (cf. 1Jn 3,16). Para donar sangre se requiere estar saludable; Cristo tiene vida en abundancia (cf. Jn 10,10). Para donar sangre debe ser voluntario y Cristo dio toda la suya libremente (cf. Jn 10,18). Para donar sangre deber ser un tipo de sangre determinada; la de Cristo es universal, puede salvar del peligro de la muerte al más difícil de los pecadores y darle la vida eterna. Nosotros apenas hacemos donación de una pequeña parte de nuestra sangre; Cristo, en cambio, la donó toda.
Los Testigos de Jehová necesitan de modo urgente el auxilio en la fe. Deben abrir sus ojos y darse cuenta pronto que Satanás hace llamar santo lo que es un acto perverso y hace llamar grave pecado lo que es santo; todo lo pone al revés. Así hace con el crucifijo, las imágenes cristianas, los santos, la oración por los difuntos, entre otros.
Qué gruesa es la venda que les ha puesto en sus ojos y llevados por él han caído en el grave crimen de ser posibles responsables de homicidio de muchos seres humanos por privarles del auxilio de una donación de sangre y llamar blasfemo a Jesucristo por ser el primero en donar su propia sangre y mandar a comer su propio cuerpo. ¿Qué respuesta le darán a citas bíblicas como éstas? (cf. Jn 6,51-55; Mc 14,22-24). ¿Se atreverían, por estos pasajes bíblicos, a calificar a Cristo como blasfemo, pecador, y violador de los mandatos de Dios, tal como lo hacían los fariseos y escribas?
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